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Primeras escaramuzas de distanciamiento entre Podemos y sus socios en el gobierno regional
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Primeras escaramuzas de distanciamiento entre Podemos y sus socios en el gobierno regional

jueves 11 de enero de 2018, 23:32h
Dice Podemos que reforma del Estatuto y que reforma electoral. Los números no le salen. Dice el gobierno que la reforma del Estatuto, imposible e inviable. Que en el Congreso de los Diputados están a otras prioridades y no habría ni tiempo ni votos suficientes. Dice que, en todo caso, la reforma electoral para aumentar dos escaños y dejarlos en 35, que es el límite legal. O que ni eso. No hay miedo a que Podemos rompa, incluso se desea para poder quitarse la hipoteca radical que firmó García-Page y que tuvo sus horas más duras con la crisis catalana. La ampliación de las Cortes queda a la negociación con Ciudadanos y no con los coaligados, que hay buscar otra muleta.

Anda tranquilo el gobierno con el presupuesto aprobado y un Podemos tan debilitado que anda pensando en cambiar el nombre de su marca, achicharrada. Como si bastara con cambiar de nombre y no de políticas. Y a García Molina siempre le quedará un puesto en la lista de Madrid, o de Barcelona o en las de Bruselas.

La tranquilidad en el ejecutivo es que no hay ni primarias ni elecciones a la vista, en este año, que puedan alterar la posición personal de su presidente. Eso es para el año que viene y depende si el comité federal del partido lo decide, porque puede hacer excepciones en las Comunidades donde gobierna, que ya lo hizo en 2015 en las ciudades de más de 20.000 habitantes.

Creen en el gobierno que en 2018 todo es una cuestión de trabajo. Y no sólo es de trabajo, también es de dinero. Lo cierto es que hay más dinero que antes, 1.000 millones más –palabra del consejero de Hacienda-. El problema es que en el gobierno se trabaja mucho en pensar y en divulgar lo que se les ocurre. Y se trabaja poco en llevar a cabo lo que se piensa. Y las ocurrencias, pues eso, son ocurrencias y complican más que solucionan. El problema del equipo actual es que -salvo excepciones- es bastante flojo. Más bien malo. Lo peor de todo es que se creen buenos y tocados por los dioses y así nos va a todos.

Lo de la Sanidad pinta cada vez peor. Basta oír a los profesionales, basta asomarse a urgencias, basta chequear a los responsables de admisiones. Cada vez se va generando una mayor situación de incomodidad con las instrucciones que se reciben desde el mando. Hay cuestiones de responsabilidad por medio y los sanitarios no quiere jugársela por los políticos de turno. Ya ha habido ocasiones de trasladar la situación a los juzgados para situar la responsabilidad en los planos que corresponden.

Viernes, 12 a las 12 comparecencia pública de la directora general del SESCAM para hablar de las listas de espera a fin de año. Hacia meses que no daba la cara. Ya se sabe que a mal dato, mejor no salir. Y en los últimos meses no ha habido motivos para la euforia oficial. Toca hacer malabares, fundir y confundir, mezclar las diferentes listas, tomar los periodos de referencias que más convenga para hacer la comparativa… y presumir de ser unos fenómenos. Los datos oficiales revelan que tenemos la segunda peor sanidad de España y que el deterioro es progresivo con algún dato puntual de regresión. Mejoran la esperas de especialistas, se derivan pacientes a la privada -a pesar de lo que se criticó y de negar que se fuera a hacer- para bajar con un sobrecoste económico la lista de espera para pruebas diagnósticas. Pero lo de la lista de quirófanos es harina de otro costal. Eso lejos de bajar sube. Y es que la cirugía precisa de más dinero, de más personal, de quirófanos, de camas, de hospitalización, de farmacia…

Antes de que finalice el mes está prevista la celebración de un Consejo Interterritorial de Salud, que es donde se reúnen los responsables nacionales y de las Comunidades Autónomas en materia sanitaria. Sería bueno que el discurso del viernes 12 a las 12 se traslade a esa reunión, que la gente de aquí de lecciones a la gente de allí, es decir, del resto de España, a esos que tienen mejor sanidad. Que hay que meter algo de humor en esas sesiones donde todos miran a los de al lado y todos critican al del gobierno central y es como una terapia de grupo. Basta levantarse y decir me llamo Jesús Fernández y soy consejero. En los últimos 18 meses he aumentado la lista quirúrgica de mi Comunidad un 20% y tengo a 15.000 pacientes esperando más de seis meses para ser operados. Tan sólo en el hospital de Toledo tengo casi 6.500 personas esperando una intervención en el servicio de traumatología. A lo mejor oye eso de “Jesús, te queremos".

Lo dicho es el año del sprint, de los exámenes finales y algunos tienen que correr mucho y muy deprisa. No sólo pasa en la sanidad, también en las finanzas, en la financiación de la Universidad, en la atención a la dependencia. Claro que siempre cabrá decir que hay otros que lo hacen peor aunque no sea cierto. Y es que lo de las noticias falsas, o las que economizar la verdad no sólo es cuestión de los rusos. No hay que irse tan lejos.

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