Con estos datos, la región se sitúa como la segunda comunidad con mayor tasa de pobreza de España, solo por detrás de Andalucía (35,6%).
El informe revela que ninguno de los componentes del indicador europeo Arope (que mide la pobreza y exclusión social) muestra avances:
- El 27,4% de la población castellanomanchega vive con ingresos por debajo del umbral de pobreza (576.000 personas).
- Los hogares con baja intensidad laboral suben al 10,7%.
- Y la carencia material y social severa se mantiene en el 8,6%, aunque empeoran siete de los trece indicadores que la integran.
Uno de los pocos aspectos que mejora es la capacidad para mantener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno, que baja al 19,5% de personas afectadas, dos puntos menos que en 2023.
La pobreza afecta más a mujeres y menores
EAPN advierte de que la pobreza no afecta por igual. El 51,5% de la población declara dificultades para llegar a fin de mes, y el 13,1% asegura tener mucha dificultad.
La brecha de género se mantiene: la tasa Arope aumenta tanto en hombres (+2,3 puntos) como en mujeres (+2,6), dejando una diferencia de 2,1 puntos a favor de los hombres.
Por edades, los mayores de 65 años presentan los mejores datos, mientras que la pobreza infantil vuelve a ser la más alta: el 41,1% de los menores vive en hogares en riesgo, cuatro puntos más que el año anterior.
La renta sube, pero sigue por debajo de la media nacional
Pese al deterioro social, la renta media por persona creció en 2024 hasta los 12.357 euros anuales, 445 euros más que en 2023. Sin embargo, esta cifra sigue siendo 2.450 euros inferior a la media nacional.
En materia de vivienda, también se observa un cambio de tendencia: las viviendas en propiedad han pasado de representar el 84,5% en 2008 al 77,2% en 2024, mientras que el alquiler sube al 15,7%. Además, el 9,4% de la población tuvo retrasos en el pago de facturas de luz o gas, 12 puntos más que el año anterior.
EAPN reclama un pacto regional contra la pobreza
Desde EAPN Castilla-La Mancha reclaman a las administraciones “un posicionamiento claro y un pacto regional contra la pobreza” que involucre a todas las fuerzas políticas y sociales.
“Si no actuamos ahora, esos niños y jóvenes en riesgo serán adultos pobres mañana, aumentando la pobreza estructural”, advirtió la presidenta de la red, Mar González.
La entidad también pide impulsar la segunda Estrategia de Lucha contra la Pobreza y la Desigualdad, así como políticas activas en empleo, vivienda y educación, junto a una reforma fiscal que refuerce el Estado del bienestar.