El toque de atención lo ha dado esta semana la agencia de calificación Moody’s, que tras calificar a la compañía el pasado septiembre con un rating de B2, ha advertido de que “en el escenario poco probable de que Cataluña lograra su independencia de España, Pronovias encararía grandes problemas en términos de logística y estrategia comercial”.
No en vano, el mayor centro logístico y de distribución de Pronovias se localiza en Barcelona, desde donde sirve a todos los mercados europeos y africanos, por lo que un supuesto escenario de independencia, la imposición de aranceles comerciales provocaría una situación muy delicada a la compañía.
Actualmente Pronovias se encuentra en proceso de readaptación de la cúpula, después de que el año pasado el fondo de inversión BC Partners adquiriera el 90% de las acciones de la compañía en una operación valorada en 550 millones de dólares y que retiró del liderazgo al fundador de la marca, Alberto Palatchi. Hace tan solo unos días se conocía la noticia de que tanto el director financiero como el responsable de logística abandonaban la compañía, dos puestos de gran importancia en el seno de la firma nupcial catalana, que todavía están a la espera de ser reemplazados.
El futuro de Pronovias queda ineludiblemente ligado al transcurso de los acontecimientos políticos en Cataluña, situación que comparte numerosas compañías, gigantes en sus sectores, cuyo futuro dependerá del triunfo o no del independentismo catalán.