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Orlena de Miguel (Ciudadanos): “Hay que acabar con la maldición de ser los penúltimos del pupitre”
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Orlena de Miguel (Ciudadanos): “Hay que acabar con la maldición de ser los penúltimos del pupitre”

martes 27 de marzo de 2018, 21:39h
Ella es licenciada en el amor a las palabras. Y en política, como en la vida hay palabras buenas y palabras malas. Palabras nuevas y palabras gastadas. Que de tanto usarse y prometerse terminan por perder el valor que un día tuvieron. Su interés por las palabras la hicieron portavoz de su partido, Ciudadanos, en Castilla-La Mancha. Ella, Orlena de Miguel, dice que quiere introducir mayor uso de las palabras eficiencia y responsabilidad entre los dirigentes políticos y quiere desterrar los términos “gente” y “promesa” y cambiarlos por “ciudadanos” y “trabajo”.

Esta filóloga de 38 años, madre de dos hijos, ya ha anunciado que se presentará a las primarias de su formación para ser la candidata a la Presidencia de la Junta: “Cuando toque –dice- No está definido todavía. Queda mucho tiempo y todavía no está definido. Tenemos tantísimo trabajo ahora, que no lo consideramos una prioridad”.

Y en el juego del lenguaje, que es la pieza clave de los mensajes políticos, asevera que detesta “mentira” y le gusta “reciprocidad”. Huye del “parche” (“una palabra fea”) y asegura que “no quiere gestionar el cabreo de la gente”, sino hacer un proyecto de ilusión colectiva “que acabe con la maldición de ser los penúltimos del pupitre”. Piensa en dejar a sus hijos una región mejor, la que la acogió cuando iba buscando un lugar para vivir: “Me gustaría que mis hijos se sientan orgullosos de su país, un orgullo que se base en las oportunidades, en el desarrollo de las potencialidades que tiene nuestro país. Quiero ese espacio de futuro para mis hijos”. Esa es su principal causa, la que le impulsó a dar el paso de militante a activista política.

No quiere "gestionar el cabreo de la gente", sino "hacer un proyecto de ilusión colectiva”

En las conversación, se la ve relajada, hace un mohín cuando abordamos la situación actual y la política regional vuelve al contenido de las palabras: “ha faltado humildad, mucha humildad”. Y en esto de las palabras el antónimo de humildad es… “soberbia -se anticipa- y sí, sobra mucha soberbia”. Y a continuación añade: “ha fallado mucho el análisis. Hemos adolecido mucho del anuncio. Se toman decisiones que no se siguen y no se sabe si hay que implementarlas o rectificarlas, no se revisan las consecuencias. Echamos de menos la humildad. Nosotros no queremos ser infalibles. Sabemos que no lo somos. No siempre se está en posesión de la verdad absoluta. Hay que escuchar más a los ciudadanos. Aquí ha habido algunos que poniéndose el traje de la eficiencia han pecado de soberbia”. Y antes de que se le pida que diga a quién se refiere parece haber intuido la pregunta y dice “lo dejo al lector”.

Pero dicen las encuestas que los partidos están obligados a entenderse, al menos dos de ellos, que las mayorías absolutas han pasado a mejor vida. Castilla-La Mancha ya es ejemplo de ello con un gobierno de coalición de izquierdas. Un gobierno que el presidente dice que puede cambiar en la próxima legislatura y que Podemos deje paso a Ciudadanos: “Nosotros firmamos pactos y lo cumplimos”. Parte de esa premisa para, a renglón seguido, confesar que no ha visto encuestas sobre la situación electoral en Castilla-La Mancha. Asegura que hablar ahora es adelantarse mucho para saber cuál será la pareja del baile: “Quién sabe. Es adelantarse más que con las primarias. Veremos cómo queda la correlación de fuerzas. Ya veremos. Los pactos no se hacen con quién sino para qué. Pondremos los programas sobre la mesa y será más fácil llegar a acuerdos entre los que coincidan en más puntos. Los pactos serán en función de programa. Entiendo que García-Page pueda preferir a otros partidos a Podemos porque tiene que ser complicado mantener el gobierno viendo lo visto”.

“Entiendo que García-Page pueda preferir a otros partidos a Podemos porque tiene que ser complicado mantener el gobierno viendo lo visto”

La frase de los pactos vuelve a aparecer en otro momento de la conversación y retomamos lo de las coaliciones: “Yo no cogería -dice- un trono en el que no tengo nada que hacer. No concibo una silla para no hacer nada”. Es una clara referencia al secretario regional de Podemos, José García Molina. Dice que, aunque las encuestas nacionales les anticipan buenos resultados, queda muchísimo trabajo por hacer.

Confiesa que cuando fue elegida diputada nacional por Guadalajara para la legislatura más breve de la democracia, llegó deseando cambiar grandes cosas y hacerlo en poco tiempo: “Te das cuenta primero de la complejidad, que eso es difícil, que no hay soluciones fáciles para los grandes problemas. Y también me di cuenta de que cambiando las pequeñas cosas se consigue mucho, que el panorama general cambia mucho”. Ahora su meta es tratar de cambiar la región “aprovechando sus potencialidades. Podemos hacerlo. Podemos estar en el lugar que merecemos. No hay que conformarse”.

“Hemos adolecido mucho del anuncio. Se toman decisiones que no se siguen y no se sabe si hay que implementarlas o rectificarlas”

Habla de la potencialidad de la agricultura y de la ganadería, “que no está aprovechada”. También de la que ofrece nuestra situación geográfica y unas buenas comunicaciones para establecer unas grandes zonas logísticas. “Tenemos una Universidad -añade- que por caprichos políticos no ha desarrollado todo el potencial que tiene. Hemos visto que estando casi ahogada en la financiación es capaz de sacar adelante proyectos punteros…Hay que generar un clima fiscal bueno, generar un buen ambiente…Tenemos la materia prima, nuestra tierra… Ahora hay que ser más eficaz, más eficiente, saber dónde y cómo se puede sacar más con el dinero que invierten los ciudadanos…” Y tras el repaso concluye con una sonrisa y un “definitivamente se puede hacer mucho mejor”.

Y por eso de las palabras uno ve que emplea el “sí se puede” de Obama llevado a los ciudadanos, una idea de marketing que incorporó Podemos hasta en su nombre: “Falta liderazgo capaz de unir a la sociedad. Hay demasiado sectarismo. Castilla-La Mancha ha perdido fuerza por su división constante, por el continuo rojo contra azul. No ha habido un proyecto colectivo de trabajo. Queremos unir y tirar para adelante. Así es como se dan los saltos”.

“En la política en esta Región ha faltado humildad, mucha humildad. Sobra mucha soberbia”

Echa de menos el liderazgo: “La cualidad del líder -explica- es aunar a los mejores, incluso a los más brillante que él, gestionar el talento de cada uno y la responsabilidad de las decisiones. Si se acierta, la decisión es del equipo. Si se falla, debe ser él el que asuma el fracaso. Eso es ser líder, lo contrario es ser jefe. Y aquí sobran jefes. En Castilla-La Mancha falta ese liderazgo capaz de aunar a la sociedad. Hace falta un proyecto colectivo de trabajar juntos”.

Según confesó hace tiempo, Orlena de Miguel llegó a la política por casualidad, que no es sino la causa que da origen a lo que pasa. De eso hace cuatro años. Y por esa casualidad que ella dice, fue concejala de Torrejón del Rey y experimentó en primera personas la que hoy entendemos como política. Y su teoría de la ciudad y de los ciudadanos la llevó a un escaño en el Congreso en la legislatura más breve de la democracia. Cinco meses menos cuatro días fueron suficientes para inyectarle la política en vena.

Cuando le sacamos a pasear las encuestas de aquí, responde que espera estar mejor dentro de quince meses, cuando lleguen las elecciones, en lo que parece un convencimiento de que encabezará la candidatura de Ciudadanos: “Ya se nos ha visto la cara a todos. A los viejos se las tienen muy vista. Espero que el trabajo que estamos haciendo, lo que somos y lo que queremos, se vea recompensado en las urnas, que coincida que nuestro proyecto sea lo que desean la mayoría de los castellano-manchegos”. Ella está convencida de que puede aportar algo, una diferencia, “el análisis como método para la eficacia y la eficiencia en la actividad pública”.

Esa casualidad que la llevó a la política activa -confiesa- ha cambiado el ritmo de su vida, toda va más rápido, es un ir y venir constante, es vivir más deprisa y eso le ha modificado el tiempo, su tiempo privado. Y sabe que en los próximos meses, su vida se volverá más frenética y su tiempo será más pequeño.

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