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Emiliano García-Page en su intervención durante el acto de toma de posesión de Manuel González Ramos.
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Emiliano García-Page en su intervención durante el acto de toma de posesión de Manuel González Ramos. (Foto: Ignacio López // JCCM)

El presidente “feliz” con 575.000 personas en riesgo de pobreza y poniendo minas al delegado del gobierno

jueves 28 de junio de 2018, 22:07h
García-Page ha recibido con el hacha de guerra al nuevo delegado del Gobierno de Pedro Sánchez en Castilla-La Mancha. Lo dejó claro el martes por la mañana en la toma de posesión, que quiso presidir y en la que se afanó en meter en su discurso con un calzador su papel como representante del jefe del Estado y máxima autoridad en la región. Tanto es as que en las ocasiones que tiró de galones, se perdió en el discurso. Era su particular guerra de poder, a sabiendas que el que tiene el poder en España, en este caso su enemigo Pedro Sánchez, lo ejerce, como ha demostrado con el nombramiento de Manuel González Ramos, un político de acreditada reputación y capacidad de gestión al que García-Page intentó laminar.
Y no habían pasado ni 24 horas cuando lanzó a una de sus diputadas a meterle un castañazo al delegado del gobierno anterior, del PP, para que los conservadores dijeran que ellos no habían sido y rebotaran el bofetón al nuevo delgado.

El martes por la mañana, uno de los asistentes al acto advertía a González Ramos del campo de minas que se iba a encontrar sembrado por los artificieros de García-Page. No habían pasado ni 24 horas cuando a la diputada de jornada, en este caso Isabel Abengózar, le tocó el turno de decir lo que le habían dicho que dijera, que “El PSOE de Castilla-La Mancha ha exigido hoy que se den explicaciones inmediatas y se depuren las responsabilidades que sean necesarias sobre la utilización de la cuenta oficial de la Delegación del Gobierno de nuestra región para apoyar la candidatura de Cospedal a las primarias del PP. Se refería Abengózar a que, en la tarde del pasado martes, desde esta cuenta oficial se retuitearon dos tuits de la cuenta personal de Cospedal sobre su actividad de campaña en la ciudad de Ceuta, tuits que posteriormente fueron borrados. Para la diputada socialista resulta un hecho muy grave “e incluso podría ser constitutivo de delito” que, a pesar de que el ex delegado del gobierno, José Julián Gregorio, fuera cesado hace 10 días, en la tarde de ayer, alguien que tenía las claves de esa cuenta, “hiciera ese uso partidista de esta institución”. (Hasta aquí la nota oficial con las declaraciones de Abengózar).

A los artificieros sólo les faltó decir que el martes por la tarde estaba al frente de la delegación del gobierno González Ramos y que no se habían cambiado las claves de las redes oficiales. Eso se lo dejaban al PP. Con ello, el nuevo delegado se veía en medio de un fuego cruzado abierto, a sabiendas por los “amigos” del Palacio de Fuensalida y de Santa María La Blanca. Son las guarrerías de la política, sin fuste ni calado. El matar dos pájaros de un tiro. Luego queda saber si es verdad o no lo denunciado, si siendo verdad el retuit con esa cuenta ha sido intencionado o por error… pero el asunto ya estaba en circulación y la onda expansiva afectaba al nuevo delegado.

Y el nuevo delegado obró con la prudencia que debe marcar la vida institucional y política y emitió un comunicado en que situaba las cosas en su sitio “se detectó un uso indebido de la cuenta oficial de Twitter de esta institución, con la publicación de una serie de entradas no autorizadas que fueron borradas por el autor o autora con posterioridad”. Pero también tuvo que aclarar que “en ningún caso, el nuevo equipo de la misma ha tenido que ver con este incidente”.

A Abengózar, que es una diputada muy combativa, no le costó entrar en el juego de los artificieros y ser la inocente útil. Máxime en un tema como éste, del uso de los medios públicos en favor de un partido, algo por lo que el gobierno de García-Page ha sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia. Hubiera sido deseable tanta vehemencia en ese caso, que era por el uso de las cuentas oficiales del gobierno en redes sociales.

No hace falta escarbar mucho para identificar a los zapadores. Véase tema, véase provincia y rivalidades pasadas, presentes y futuras. Véase también deseos de ir en la lista autonómica del PSOE de Albacete en 2019… Puede que el retuit lo hiciera el anterior delegado, pero la mina buscaba también a González Ramos.

El único secreto es el que no se cuenta y, en esto de la política, no hay secretos y todo lo que se dice llega. Incluso el comentario que hizo García-Page en un corrillo en Valdepeñas cuando le dijeron que Pedro Sánchez le había puesto como delegado del gobierno a González Ramos. Con sus palabras, los zapadores obtuvieron vía libre para actuar, porque en política cuando uno piensa que le han tocado las pelotas dice eso de que aquí las tocamos todos.

Aparte de las escaramuzas de patio de colegio con poco fuste como ésta, habrá que esperar al nombramiento de los subdelegados de gobierno en cada provincia y al de algunos directores provinciales de los ministerios para ver cómo queda el nuevo tablero de juego político y la correlación de fuerzas en el PSOE. Esos serán los encargados de hacer el día a día y la que tendrán contactos con los pueblos.

Lo del acto de toma de posesión del delegado no ha sido el único postureo político del presidente de la semana. Cuando el INE publicó la Encuesta de Condiciones de Vida 2017 (con datos económicos referidos a 2016) el presidente del gobierno de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, va y dice eso de que está satisfecho porque Castilla-La Mancha sea una de las regiones “más avanzadas en igualdad y en eliminación de pobreza”. Y añade: “Como presidente progresista que milita en la política por el ansia de igualdad, me hace feliz saber que somos de las regiones que más esfuerzos han hecho para que la gente salga de la pobreza”.

Los datos del INE revelan que la renta de 2016 situaba al 28,1% de la población regional en riesgo de pobreza, cifra similar a la de 2014 cuando gobernaba su rival. Y más allá de que el avance haya sido nimio, más allá de los colores políticos de antes y de ahora o del lugar que ocupe en la tabla de Comunidades Autónomas (la quinta con mayor riesgo de pobreza), la cuestión es cómo un presidente -a más señas, progresista, como él mismo se define- puede decir que es feliz sabiendo que el 28% (575.000) de sus ciudadanos están en riesgo de pobreza o que 1 de cada 10 (200.000) tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes, que 90.000 viven con carencia material severa. Esa es la realidad de que esto no es el paraíso que nos venden desde el Palacio, con frases como felicidad y progresismo.

Y lo grave es que mientras se ocultan esos datos, los que golpean conciencias, se vende la felicidad y su autoría. El secretario regional de Podemos, García Molina, no quiso ser menos y se apuntó a eso de la autoría del “éxito” y dijo que la bajada de la tasa de riesgo de pobreza y de exclusión social (índice AROPE) es gracias a Podemos su Plan de Garantías y su labor dentro del gobierno de coalición. Pero el resultado del índice AROPE 2017 se calcula con la renta de 2016. Y Podemos está en el gobierno desde agosto de 2017. En noviembre de 2017 seis de las trece partidas de ese Plan estaban sin empezar a gastar.

Claro que de lo que se trata es de mantener el poder en las próximas elecciones, el sillón y el cargo, ese que permite al presidente estar entre el exclusivo 1,85% que más gana en esta región y tener unos ahorros conseguidos con la política que se miden en cientos de miles de euros. Lo del secretario general de Podemos va por el mismo camino, en dos años 26.000 euros. A ese ritmo y al cabo de algo más de 30 años en política, que es lo que lleva García Page, se mete en más de 400.000 euros de ahorro.

Volviendo a lo de la comunicación y el uso interesado de los medios públicos esta semana clm21.es descubría cómo el gobierno regional ofrecía datos falsos en sus comunicaciones a los periodistas para tratar de vender que están haciendo un Edén desde un barbecho. Ni Edén, ni barbecho. Aquí se emplea demasiado el aspaviento y el exceso y chirría. Se tira demasiado de hipérbole y de calificativos con los que tratar de vestir números y datos que, en muchas ocasiones, deberían llamar a la reflexión y a la preocupación.
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