07/01/2020@21:18:12
De un tiempo a esta parte, a la política española le falta templanza. El problema es que esa aspereza es calculada. Las manifestaciones de la clase política española se radicalizan y lo peor es que la incontinencia y el exceso verbal están prediseñados. Porque para la clase política está en juego el poder. Y para ello no dudan en poner en juego a la nación, que no es sino sus habitantes y su territorio. Es un juego. Y en ese juego se salvan pocos. Todos -o casi todos- apelan a los corazones para, en un tiempo posterior, apelar al voto de esos corazones. Se miden mensajes, frases y gestos. Ha quedado patente en la investidura de Pedro Sánchez. Y esa demostración lo ha sido por la izquierda y por la derecha, por los viejos partidos y por los nuevos (incluidos los más localistas). Una evidencia es que en España faltan estadistas y sobran ventajistas, mullidores de la discordia y de la confrontación.