- La ciudad pierde población en los últimos años y estanca su crecimiento
- El aumento de la presión fiscal de forma gravada a la actividad productiva ha reducido la capacidad inversora privada y se ha destinado a rebajar la deuda pública
04/03/2019@21:25:11
Hubo un tiempo en que Talavera era ejemplo de crecimiento y dinamismo. La crisis y algunos errores de planificación y de gestión de ciudad acabaron con esa imagen de modernidad que se había ganado a pulso y que había ido construyendo durante años y que ahora se trata de reflotar desde los estamentos sociales y políticos. Hubo otras ciudades de la Comunidad que también gozaron de un gran “boom” y de un fuerte dinamismo y que hoy empiezan a sentir que la situación se ha estancado o ha empezado a dar signos de cambio de tendencia, con un cambio de su fisonomía, que suele girar en torno a cuatro grandes pilares: los servicios administrativos, los sanitarios y los educativos; el comercio y una industria cuya importancia y diversidad varía según los territorios. Un fenómeno que convive con el de despoblación de zonas rurales a favor de las ciudades. De ahí que la paralización o el retroceso de algunos de los núcleos importantes de población hagan saltar las alarmas. Es el caso de la capital de Ciudad Real, que pierde población y mantiene las tasas más elevadas de paro entre las capitales de la Comunidad, tras un florecimiento de la ciudad en la última década del siglo pasado y del primer lustro del actual.