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Fachada del Ayuntamiento de Ciudad Real.
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Fachada del Ayuntamiento de Ciudad Real.

Ciudad Real, una ciudad bajo el “síndrome de Talavera”

  • La ciudad pierde población en los últimos años y estanca su crecimiento
  • El aumento de la presión fiscal de forma gravada a la actividad productiva ha reducido la capacidad inversora privada y se ha destinado a rebajar la deuda pública

lunes 04 de marzo de 2019, 21:25h
Hubo un tiempo en que Talavera era ejemplo de crecimiento y dinamismo. La crisis y algunos errores de planificación y de gestión de ciudad acabaron con esa imagen de modernidad que se había ganado a pulso y que había ido construyendo durante años y que ahora se trata de reflotar desde los estamentos sociales y políticos. Hubo otras ciudades de la Comunidad que también gozaron de un gran “boom” y de un fuerte dinamismo y que hoy empiezan a sentir que la situación se ha estancado o ha empezado a dar signos de cambio de tendencia, con un cambio de su fisonomía, que suele girar en torno a cuatro grandes pilares: los servicios administrativos, los sanitarios y los educativos; el comercio y una industria cuya importancia y diversidad varía según los territorios. Un fenómeno que convive con el de despoblación de zonas rurales a favor de las ciudades. De ahí que la paralización o el retroceso de algunos de los núcleos importantes de población hagan saltar las alarmas. Es el caso de la capital de Ciudad Real, que pierde población y mantiene las tasas más elevadas de paro entre las capitales de la Comunidad, tras un florecimiento de la ciudad en la última década del siglo pasado y del primer lustro del actual.
“La capitaleja” como se conocía en la provincia a Ciudad Real por su baja población, registró un fuerte impulso en la década de los 90 con el AVE y con la implantación y desarrollo de la Universidad, que dotaron de nuevas posibilidades a una con una fuerte estructura funcionarial, de comercio y de servicios sanitarios. Fueron dos decisiones (una de infraestructura de transporte y otra de servicios educativos) que transformaron la ciudad, que creció como nunca antes. Ahora ha empezado a perder población. En 2014 tocó techo con 74.960 habitantes y a lo largo de los últimos cuatro años ha hecho varios picos de sierra, llegando a los 74.054 en 2016. El último padrón es de 74.743. La ciudad mantiene un paro registrado de 6.428 personas, en su mayoría (4.835) en el sector servicios.

En algunos sectores consideran que la ciudad se ha estancado, que se ha parado en los últimos años y que es necesario acudir a nuevos impulsos. El PSOE incluso barajó la posibilidad de cambiar a la actual alcaldesa, Pilar Zamora, por la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, que se relaciona bien con algunos sectores empresariales de la ciudad. Pero finalmente los deseos de Pilar Zamora terminaron por imponerse y volverá a encabezar la candidatura.

Sectores empresariales y ciudadanos reclaman mayor dinamismo en la gestión municipal. Y para ello ponen sobre la mesa algunos datos de la realidad de la ciudad recogidos por los medios de comunicación local. Y hacen hincapié en la carga fiscal y apuntan a que las modificaciones sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBI, ha supuesto un crecimiento de la recaudación de casi un 20% desde 2015, y que la ciudad mantiene uno de los impuestos de circulación de vehículos más altos de España. En esa fiscalidad ponen el acento en el tipo gravado que se aplica a los locales y centros comerciales, industrias, oficinas o almacenes, que llega a superar el 27 por ciento, en lo que se considera un recargo más a la actividad económica y generadora de empleo.

Y en paralelo a estos datos fiscales, sobre la mesa los del paro: uno de cada tres parados de la provincia son de Ciudad Real capital, que se sitúa como la capital de provincia de la Comunidad Autónoma con mayor tasa de paro y que además registra una fuerte brecha de género entre los parados, de los que 6 de cada 10 son mujeres

Durante el actual mandato, los ingresos obtenidos por el incremento de la fiscalidad se han destinado a rebajar la deuda municipal en detrimento de algunos proyectos dinamizadores de la ciudad. Ha sido la capital que más ha rebajado su deuda viva, lo ha hecho en casi 28 millones de euros (diciembre 2014-diciembre 2017) y en un 66%, mientras que la media de las capitales se queda en el 25%, al tiempo que afrontaban proyectos de mejora de infraestructuras y servicios. El malestar en sectores económicos es porque, vía subida de impuestos, se ha detraído capacidad de inversión privada en la actividad productiva generadora de empleo para que el ayuntamiento pagara parte de sus deudas, sin aportar un valor añadido a la ciudad.

Desde el Partido Popular, su portavoz en el Parlamento Regional, Francisco Cañizares señala a algunas de estas decisiones erróneas adoptadas a nivel local, y a otras a nivel regional, fundamentalmente en la planificación del crecimiento, las que han paralizado a la ciudad. Y lo hace poniendo el acento en las infraestructuras y en la dotación de servicios.

Así, Cañizares llama la atención también sobre el nuevo mapa sanitario, elaborado por un departamento que dirige una persona vinculada a Ciudad Real, el consejero Jesús Fernández. El nuevo mapa hace desaparecer dos zonas básicas de salud de la capital programadas en época de José María Barreda.

Y si en el sector de los servicios públicos lamenta esos recortes, “de los que los grandes perjudicados son los ciudadanos de Ciudad Real”, desde la perspectiva del comercio lamenta que los deseos expresados a nivel regional de impulsar al sector se hayan quedado prácticamente en eso, “no se haya dotado de un buen programa económico para frenar la crisis en el sector, y que el tímido programa que finalmente se ha proyectado no se haya materializado”.

Las afirmaciones del presidente del Partido Popular de Ciudad Real se producen en los días previos a que los presupuestos de la ciudad se queden paralizados por la ruptura entre los grupos de izquierda. “Es preciso que de las elecciones, salga una alternativa y que sea fuerte, para poder dar un nuevo impulso a la ciudad”.

Hasta enero del año pasado, la ciudad no contó con un plan estratégico. Fue en 2018 cuando se presentó el Plan de Modernización de Ciudad Real, con el horizonte puesto en 2025 y una inversión estimada por parte de la Junta y de la Diputación, los principales inversores, y el Ayuntamiento, de más de 100 millones de euros, de los que más del 20% se destinan al recinto ferial. Otro paquete importante se va a destinar al edificio administrativo de la Junta de Comunidades, proyecto que se ha bautizado como “La nueva Ciudad Administrativa”, que en concreto se comerá casi otro 20% de los fondos en la rehabilitación del antiguo Hospital del Carmen para albergar a los funcionarios de la Junta distribuidos por distintas dependencias en varios puntos de la ciudad y que supondrá el cierre de las actuales dependencias.

Anualmente, por los distintos servicios administrativos regionales de la ciudad pasan casi 60.000 personas, que se desplazan a las diferentes oficinas autonómicas en la capital para la realización de gestiones. Ahora ese flujo estará canalizado a un único lugar, con las consiguientes ventajas y desventajas tanto administrativas como económicas.
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