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FEDEA: “La soberanía fiscal de Cataluña llevaría al resto de regiones a subir impuestos o recortar prestaciones a sus ciudadanos”
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(Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)

FEDEA: “La soberanía fiscal de Cataluña llevaría al resto de regiones a subir impuestos o recortar prestaciones a sus ciudadanos”

Por CLM21
lunes 09 de septiembre de 2024, 10:30h
A pesar de la presión de los dirigentes críticos, el sábado el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas evitaba explicar el contenido y el alcance del acuerdo sobre la financiación especial para Cataluña. Ese mismo día, el presidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE reclamaba conocer ese acuerdo del cupo catalán. Así las cosas en el escenario del PSOE, hoy FEDEA, publica un trabajo de su director ejecutivo, Ángel de La Fuente en el que se concluye que la soberanía fiscal de Cataluña conllevaría una subida de impuestos para los ciudadanos del resto de regiones afectadas o un recorte de las prestaciones.
Para Ángel de La Fuente “la tesis del Gobierno de que el acuerdo con ERC puede servir de base para una reforma del sistema de financiación que beneficie a todas las partes no es creíble. De hecho, los elevados costes que previsiblemente tendría la implementación del acuerdo apuntan a la necesidad de buscar una vía alternativa, que no debería comprometer ni el principio de solidaridad ni la autonomía del Gobierno central”

La nota de FEDEA señala que con el modelo pactado para garantizar la investidura de Salvador Illa “habrá claros ganadores y perdedores sin que los cambios en la distribución de recursos que se atisban supongan una mejora en la equidad del sistema, y habrá también enormes daños colaterales en la forma de una pérdida de eficiencia en la recaudación tributaria y una mutación de carácter confederal en la naturaleza del Estado que podría comprometer su capacidad para ejercer de forma satisfactoria sus competencias constitucionales”

El prestigioso economistas que formó parte del equipo de expertos al que el gobierno encargó hace unos años un estudio sobre cómo debería ser la nueva financiación autonómica afirma que “la reforma del sistema de financiación territorial sería buena cosa, pero si queremos que se traduzca en una mejora habrá que buscar una vía alternativa a la que proponen ERC y el PSC. Intentémoslo. Los ingredientes esenciales de esa alternativa tendrían que ser una administración tributaria única pero realmente de todos (quizás a través de un consorcio a 16 en lugar de 15 consorcios a dos), el respeto de la ordinalidad en financiación por habitante ajustado y la conversión de las tradicionales cláusulas de statu quo en compensaciones transitorias. Con un poco de suerte, el susto del cupo catalán ayudará a que los más reticentes al cambio se bajen de la burra y piensen un poco más en términos de construir un sistema bueno para el conjunto del país y menos en sus propios intereses a corto plazo”.

Para Ángel de La Fuente la lectura atenta del texto pactado por el PSC/PSOE y ERC, “hace difícil evitar la sensación de que sus distintas partes no terminan de cuadrar entre sí. Su punto de partida es la insatisfacción ante una (inexistente), grave y persistente insuficiencia de recursos que se presenta como resultado de un sistema de financiación injusto que se lleva de Cataluña muchos más recursos de lo que sería razonable. Para resolver tan palmaria injusticia, se reclama una reforma radical del sistema, que deberá llevarnos hacia la plena soberanía fiscal de la comunidad autónoma. La Generalitat asumirá la recaudación de todos los impuestos en su territorio, tomando así el control de las llaves de la caja con el fin de incrementar sustancialmente sus recursos, lo que comportará inevitablemente una importante reducción de su aportación a la caja común, así como un cambio muy significativo en la naturaleza del Estado, que adquirirá rasgos claramente confederales que pueden limitar seriamente su capacidad autónoma de actuación.”

Para el economista hasta aquí, “el mensaje puede no gustarnos, pero es coherente. Sin embargo, la cosa cambia cuando entramos en la parte final del texto, en la que se habla del mantenimiento de un elevado grado de solidaridad interterritorial al que Cataluña debe contribuir, y más aún cuando añadimos las declaraciones del Gobierno en las que se afirma que la reforma propuesta no sólo no reducirá tal solidaridad, sino que mejorará la situación de todos los implicados. Salvo que las leyes de la física hayan cambiado súbitamente, no parece que los dos objetivos sean compatibles. No podemos darles las llaves de la caja a las regiones ricas que las quieran para mejorar sustancialmente su propia financiación y, a la vez, garantizar que el Estado sigue contando con los recursos suficientes para mantener la cohesión territorial (y para ejercer satisfactoriamente el resto de sus competencias, que también son importantes). El Estado podría compensar a las comunidades perdedoras, supliendo la pérdida de fondos procedentes de las que se van del sistema, pero los recursos necesarios para ello sólo pueden proceder de un aumento de los impuestos que pagan los ciudadanos de los territorios que se queden en el régimen común, o de un recorte de las prestaciones estatales que también les afectaría negativamente. Para que los que salen del sistema puedan mejorar, los que se quedan tendrán que perder de alguna forma. No hay otra.”

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