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La actualidad política eclipsa a la economía
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(Foto: José Ramón Márquez // JCCM)

La actualidad política eclipsa a la economía

jueves 04 de julio de 2019, 21:24h
Ha sido una semana donde la política ha eclipsado datos importantes sobre la economía de Castilla-La Mancha, que indican que la Comunidad estaría en la senda de sortear una desaceleración acelerada, aunque presenta algunos desequilibrios y señales de riesgo. Son las cosas del comer, la que importan a todos, las del empleo y los negocios, los sueldos, el consumo, la cesta de la compra…Lo que hace el día a día. Por ello es bueno que en Castilla-La Mancha haya gobierno estable… Lo habrá la próxima semana una vez que Emiliano García-Page pasara el trámite de la investidura y tome posesión mañana. Sería deseable que lo hubiera también en España y desde ese punto de vista sería deseable que la oposición facilitara la labor, más allá de los cálculos electorales y de las discrepancias políticas, por fuertes que sean.

Si ese es el escenario regional y nacional, los principales riesgos internacionales han bajado de nivel. Y es que lo que pasa en las economías internacionales termina por afectar a los bolsillos de los de aquí. Y así se ha producido una distensión en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China en la reunión del G-20, que amenazaban el comercio y el crecimiento mundial. También han disminuido las tensiones USA-Irán en el estrecho de Ormuz que amenazan con disparar el precio del petróleo. Además se ha firmado el acuerdo comercial de la Unión Europea con los países del sur del continente americano que conforman Mercosur y que abre nuevos mercados a nuestros productos. Por último, se ha anunciado la sustitución de Mario Draghi por Christine Lagarde al frente del Banco Central Europeo, en lo que se considera una opción continuista y una apuesta por mantener la política de estímulos monetarios a la economía (dinero barato y compra de deuda).

Siete días, entre los buenos datos del paro, los riesgos que asoman en el sector comercio, las fortalezas descompensadas del turismo rural o las buenas expectativas de crecimiento regional

Traducido de forma simple a la economía castellano-manchega eso supone que si no se dispara el petróleo no crecen los costes energéticos de producción y del transporte, ni determinados suministros energéticos a las familias. Los acuerdos comerciales suponen mayores oportunidades de exportación para nuestras empresas (más ingresos). Y que se mantiene el dinero barato, lo que se deja sentir en el bolsillo ciudadano en las hipotecas y en empresas y familias en créditos a costes ventajosos para inversión y consumo. En resumen, menos gastos para las familias por hipoteca, luz, gasolina, calefacción, intereses de créditos y más crecimiento de las empresas, que a su vez tienen en el horizonte la posibilidad de enfrentarse a una tasa del 0,3% por parte de los bancos por los depósitos.

Los datos del Producto Interior Bruto indican que la economía nacional crece a buen ritmo (0,7% intertrimestral) y los datos de coyuntura indican que la de Castilla-La Mancha lo hace por encima, aunque falta la confirmación de la contabilidad nacional del Instituto de Estadística.

Cara y cruz de los datos del paro

La semana deja un buen dato de la reducción del paro. Pero la dicha nunca es completa. Lo mejor: El número de desempleados es el más bajo desde septiembre de 2009. Se reduce a mayor ritmo anual y mensual que en el conjunto del país y es la mejor evolución anual de los últimos tres años. Lo peor: Sigue siendo extremadamente alto (duplica al que había hace 17 años), la brecha de género es de 30 puntos y la bajada mensual en junio (mes tradicionalmente de bajadas) es la menor de los últimos cinco años.

Y en materia de trabajo, otro dato para la reflexión se ha conocido esta semana: El precio de la mano de obra en nuestra Comunidad ha caído un 3,01% en la última década, con tres años consecutivos de descenso.

El riesgo del comercio y la fortaleza del turismo rural

Sectorialmente destaca el hecho de que en la banca empieza a preocupar la morosidad del crédito al comercio, que se sitúa por encima del de la construcción y que es el único sector de la actividad económica en el que crece la mora. En el último trimestre de 2018 y primero de 2019 ha aumentado un 6,1% y se sitúa en el 8,83%. Clm21.es ya ha venido advirtiendo desde hace meses de las señales que apuntan al deterioro de este sector, que encabeza la lista de disolución de sociedades y la de nuevos concursos (antiguas suspensiones de pago). Las tensiones afectan a un sector muy importante en la estructura económica de nuestra Comunidad, que junto a la hostelería aporta el 17,31% del Producto Interior Bruto, 7.257 millones de euros y da empleo a más de 200.000 personas (27 de cada 100 puestos de trabajo). Se echó en falta en el debate una referencia expresa a este sector.

Y mientras el comercio da señales de riesgo, el del turismo rural lo hace de fortalezas, aunque descompensadas: logra liderar la captación de visitantes dentro de las seis regiones de destino de interior, pero se queda rezagada a la penúltima posición en cuanto a la captación de pernoctaciones. La cercanía a Madrid marca el ritmo y es preciso que el gobierno y los operadores abran nuevos mercados en Comunidades más alejadas lo que se traducirá necesariamente en más noches de alojamiento.

La política económica y fiscal

En el programa de investidura de García-Page se echó en falta concreción sobre la política económica, que se hizo pivotar sobre los acuerdos con los agentes sociales y sobre un debate en torno a la creación de una dirección general de autónomos, un colectivo de 150.000 personas que los grandes partidos han descubierto hace poco y al que tratan de captar y fidelizar.

La falta de gobierno nacional perjudica a la economía regional y las finanzas públicas de la Comunidad

Del debate de investidura de García-Page, destaca la vertiente fiscal. Es cierto que la mayor parte de los ingresos de la Comunidad, como dijo el presidente, proceden de la financiación del Estado. Pero eso no quita que exista margen para rebajar la presión fiscal en Castilla-La Mancha, como reclaman Ciudadanos y Partido Popular y, que incluso, en algunos casos no es mal vista desde el propio PSOE, una vez que Podemos ha desparecido de la escena.

La rebaja no puede ser en la medida que comprometió el Partido Popular en la campaña electoral y que aún hoy sigue reclamando. Existe la posibilidad de dejar como testimonial (mejor que la supresión por las derivadas que esta puede ocasionar por ganancias patrimoniales en IRPF) el impuesto de sucesiones y donaciones para familiares de primer y segundo grado. Existe la posibilidad de reducir el impuesto que grava las transmisiones patrimoniales y que en Castilla-La Mancha es el más elevado de España o el de actos jurídicos a determinadas actividades. Esto último lo apuntó en su día con buen criterio la diputada Ana Guarinos. E incluso existe la posibilidad de desandar en la recuperación del impuesto sobre el patrimonio, que como dijo el presidente en el debate es insignificante (15 á 17 millones anuales en un presupuesto que pronto llegará a los 9.000 millones). Pero, y en eso acertó el presidente, cualquier actuación debería enmarcarse dentro de un nuevo modelo de financiación, es decir, cuando se pueda conocer con exactitud con cuánto dinero se cuenta. Son medidas que favorecen a los ciudadanos y a algunas actividades económicas y que tienen poco impacto en las cuentas de la Comunidad y, por tanto en el gasto en servicios públicos. El otro gran impuesto en el que nuestra Comunidad tiene capacidad de elevar tipos, modificar tramos o aumentar o disminuir deducciones es el del IRPF. Nuestra Región es la que en su conjunto presenta una de las menores presiones fiscales en España de este impuesto y así debería seguir siendo por la propia composición de la estructura de las declaraciones.

Se refirió el presidente García-Page cuando hablaba de financiación a que en España habría que abordar un diálogo profundo sobre los impuestos, sobre todo cuando se habla del modelo de financiación. No le falta razón, es la gran reforma que necesita nuestro país tras la salida de la crisis o con los últimos coletazos de esta. Es hora de decir qué dinero se necesita, como se puede conseguir sin perjudicar a la economía a las familias y a las empresas.

Y para abordar estos restos y dar tranquilidad y desterrar incertidumbres para la economía es conveniente un gobierno estable en España. En el caso de Castilla-La Mancha con esa estabilidad conseguida, se impone, como todos los partidos dijeron, una serie de acuerdos. Ahora han de andar el trecho del dicho al hecho, sin el cálculo de los votos y pensando en el interés general.

A sabiendas de que en los meses venideros, si no hay gobierno en España ni presupuesto, en Castilla-La Mancha el gobierno tendrá que ajustarse el cinturón tras el incremento del déficit público contabilizado en el primer cuatrimestre hasta los 267 millones (0,61% del PIB) o trasladarlo a compensación en 2020 con cargo a entregas a cuentas diferidas, aunque eso conlleve el incumplimiento del objetivo de estabilidad y estar sometido a las medidas de corrección que eso supone y que encorsetan y dañan las finanzas públicas.

En lo doméstico lo que está por ver es el equilibrio entre la dignidad de los cargos y la dignidad de los grupos. La propuesta del presidente es lógica y debería ser estable y garantizarse más allá del signo político del que gobierno: Debe garantizarse la dignidad del diputado, sus medios económicos, técnicos y humanos para ejercer su labor. Si eso se hace con una reasignación de recursos, no con un aumento, la medida irá en detrimento de los grupos y los líderes de los mismos, especialmente, el del Partido Popular tendrá menos capacidad de movimientos. Veremos.

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