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Juan Alfonso Ruiz Molina, entrega al presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido, el proyecto de Ley de Presupuestos Generales de Castilla-La Mancha para 2020.
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Juan Alfonso Ruiz Molina, entrega al presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido, el proyecto de Ley de Presupuestos Generales de Castilla-La Mancha para 2020. (Foto: José Ramón Márquez // JCCM)

La economía desplaza a la política de la actualidad nacional y regional

jueves 03 de octubre de 2019, 21:35h
La batalla que se avecina en los tableros nacional y regional es económica y no ideológica. La economía funciona a menos revoluciones. De la noche a la mañana algunos empiezan a darse cuenta de que la economía está en desaceleración, aunque esta venga manifestándose desde hace casi dos años (basta ver el histórico de las informaciones de clm21.es). Son las cosas del comer, las que afectan al día a día de los ciudadanos, a sus bolsillos y a sus vidas. Y en las formaciones políticas, los mensajes de economía empiezan a cobrar protagonismo. Lo ha evidenciado esta misma semana Pedro Sánchez en la precampaña nacional, dando un giro a su estrategia de comunicación. En la región, PSOE y Ciudadanos también se preparan para ese escenario. Y sí, ha quedado de manifiesto en las últimas comparecencias públicas, tanto de prensa como parlamentarias.
El PP de Paco Núñez abandonó hace un año el mensaje económico que hasta entonces tenía como bandera para centrarse en el político. Y, a decir de los resultados, la cosa no ha terminado de cuajar. Pero siguen en eso, en el “España Suma” y otras cuestiones. Pablo Casado si ha visto la “bicha” y habla de economía, de cuando Zapatero y la crisis y ahora de cuando Sánchez y la desaceleración.

Ciudadanos y su portavoz económico, David Muñoz Zapata, priorizan la economía y ningunean la propuesta política de Núñez. Y lo han hecho con una propuesta novedosa que pide al gobierno que haga un Presupuesto en Base Cero, que traducido al lenguaje común es que se olvide de los números de años anteriores y que construya los presupuestos desde cero con una justificación efectiva de cada gasto. Es un sistema que permite reducir costes, ser más efectivos en la gestión y adecuar el gasto a las necesidades prioritarias. Hasta la fecha existe una inercia de repetición de programas y actividades según las estrategias. El modelo propuesto por la formación naranja fue puesto en marcha con éxito en la década de los 70 por grandes multinacionales norteamericanas y luego llevado a la administración por Jimmy Carter, primero como gobernador de Georgia y luego como presidente.

El gobierno de García-Page, por su parte, que durante los cuatro primeros años empieza a girar su estrategia de comunicación. En los cuatro primeros años ha estado basada en la recuperación de los servicios sociales y a pintar un panorama de la Región “en color e sustitución de la imagen en blanco y negro”. Ahora es consciente de que ya no pintan oros y que pueden pintar bastos. En su nueva línea de comunicación se aprecia que no quiere caer en los mismos errores de sus antecesores y compañeros de partido cuando hablaban de Castilla-La Mancha como un espejo digno de envidia, situada en el “top ten” nacional e internacional, en el no va más. Una línea que les llevó al desastre. Aquí ya empiezan a desterrarse los mensajes del estamos mejor que nunca o estamos mejor que la media del país.

Cuando el PSOE llegó al poder de Castilla-La Mancha de nuevo en 2015 sus dirigentes fueron conscientes de que había poco dinero para vender la recuperación. Incluso menos del que pensaba. Pero la economía iba a más y era señal de que se contarían con más fondos. Y aplicando ese dinero a la mejora de las plantillas (sanitarias y de educación), centrando las inversiones en los hospitales y, de forma secundaria, en los colegios y espabilando los expedientes de la dependencia con medidas y actuaciones no muy costosas en lo económico podían pintar el cuadro en color. El lienzo se completaba con los planes de empleo y con algo de dinero para promocionar la industria agroalimentaria, especialmente la de mayor tamaño e impulsar sus ventas, especialmente en el mercado exterior y hacer un impulso de la región como destino turístico de interior. Para controlar que el gasto no se desmadrara, se colocaron a dos académicos de la Universidad y con experiencia en la gestión, (el consejero y el director general de Presupuestos) para tratar de equilibrar las finanzas públicas y volver a la ortodoxia.

Se vendía dinamismo, crecimiento económico, recuperación social y estorbaba Podemos, que ni hacía ni dejaba hacer, que estaba en la contemplación, la meditación y el postureo y en el “de qué se trata, que tengo que poner mi sello”.

Sin Podemos y con mayoría absoluta, y con el nuevo escenario económico que ya se empieza a notar en los ingresos públicos, el gobierno ha iniciado un cambio de mensaje, aunque todavía le cuesta y eso se nota en los presupuestos. Los ingresos públicos, el dinero con el que se debe acometer el impulso a los servicios públicos y a los planes económicos y sociales, empiezan a dar muestras de ir a menos. El gasto de las familias se desacelera y ese gasto se deja sentir en la recaudación por los impuestos que gravan el consumo, que crece menos de lo esperado. La región ya ha tenido que devolver en dos ejercicios seguidos dinero recibido de más del Estado por la financiación a través del IVA. El gobierno habla ya de desaceleración, pero quiere que la opinión pública no vire hacia el pesimismo y habla de que se crece y de que se genera empleo, aunque los factores internacionales hacen que se avance a menor ritmo. Que eso no es recesión.

El lunes clm21.es ofrecerá un reportaje sobre el dinero con el que va a contar la Junta el año que viene para los servicios públicos. En su contenido se hace mención a que la capacidad fiscal, es decir el dinero que recauda la Junta por impuestos va a crecer en el periodo 2018-2020 a mayor ritmo que en los bienios anteriores. Y que esa subida va a compensar una menor entrega de fondos del Estado para sufragar los servicios públicos (Fondos de Garantía, Suficiencia y Cooperación).

Esas son las previsiones que permiten al gobierno de hablar de un presupuesto expansivo. Ya dijo el consejero que si las cosas no salen según lo previsto, se ajustará el gasto. Y es que la economía ha aumentado el nivel de aviso a familias, empresas e instituciones. Las familias han ampliado su nivel de ahorro. En cambio, las administraciones no han logrado rebajar sustancialmente su nivel de endeudamiento, lo que representa un problema en un escenario adverso.
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