No habrá elecciones en Navidad. O el PSOE se abstiene el viernes –cosa casi imposible- o el próximo presidente será un independiente o un dirigente del PP con un perfil con menos aristas al del actual presidente en funciones. Ese es el plan “b” de Pedro Sánchez, su plan oculto. Determinados barones del PSOE quieren adelantarse a la estrategia de su secretario general y forzar un comité federal para promover la abstención, antes de que de acuerdo con el plan diseñado por Sánchez lo convoque su jefe de filas. Algunos socialistas ven en esta petición a la que se apuntan los secretarios generales de Extremadura, Fernández Vara, y de Castilla-La Mancha, García Page, más como una maniobra para iniciar el proceso de renovación en el PSOE nacional que como una maniobra contra el PP.
El nuevo proceso de investidura sería tras las elecciones autonómicas de Galicia y del País Vasco
La federación andaluza, la más numerosa guarda silencio. Ciudadanos presiona con retirar su apoyo a Susana Díaz si no hay abstención socialista. De ahí que sean dirigentes de otros territorios próximos a la lideresa andaluza, los que hablen, como lo ha hecho el ex presidente castellano-manchego José María Barreda, quien también considera la necesidad de hacer un comité federal.
El actual secretario general, Pedro Sánchez tiene su plan b, “el no es no” para Rajoy no implica que lo sea para otro candidato. La jugada: permitir que gobierne otro candidato que no sea Rajoy. Ni nuevas elecciones ni una nueva aventura como la de la legislatura fallida con Pablo Iglesias, del que no se fían. Pero en el PSOE hay quien quiere que ese plan “b” no se lleve por delante sólo a Rajoy, también desean acabar con el liderato del propio Pedro Sánchez e incluso sustituirle con el argumento de desbloquear la situación por los dos lados. A favor de Sánchez, unas elecciones vascas y gallegas a la vista que permiten al secretario general ganar tiempo. Su deseo llegar hasta el próximo congreso federal, donde los que quisieran acceder a la secretaría general tendrían que dar un paso al frente y pelear en buena lid y no desde las bambalinas. Para ello sabe que tiene que administrar muy bien los tiempos y sus movimientos en esas tres próximas semanas y aguantar el envite interno.
La lectura entre líneas del discurso y de las declaraciones del secretario general socialistas y las manifestaciones realizadas por sus hombres de confianza, como las del portavoz parlamentario Antonio Hernando tienen un matiz importante, la negación se hace sobre todo a Rajoy. Las críticas de los dirigentes socialistas se centraron en Rajoy, no tanto en un gobierno del PP. Era un ataque que se trató de circunscribir lo más posible al líder popular. Esas críticas coinciden en argumentos con las desplegadas por los principales grupos de comunicación del país, que han tratado de presentar el discurso de Rajoy como anodino, sin entusiasmo, sin empuje, sin ilusión, de una persona cansada… En esa misma línea se movieron los dirigentes de Ciudadanos que no obstante iban a votar y votaron sí al candidato Rajoy.
Si el viernes Rajoy no logra ser investido, el Rey deberá iniciar de nuevo un proceso de consultas. La operación del nuevo candidato no se formalizará hasta pasadas las elecciones vascas y en ella pueden participar los diputados del Partido Nacionalista Vasco. El resultado en Euskadi, puede ser determinante. Lo que se juega es si gobierna el PNV o lo hace una coalición de Podemos y Bildu. El grupo del partido que dirige de Andoni Ortuzar ya ha dicho no a Rajoy. La burguesía vasca apuesta a que el lehendakari sea nacionalista con el apoyo implícito o explícito del PSOE y del PP. El protagonismo socialista en este tema lo tiene el ex lehendakari del PSE-EE, Patxi López, hombre de la confianza de Pedro Sánchez, al que hizo presidente del Congreso y al que le tocó conducir su proceso de investidura en la legislatura pasada. Los resultados de Galicia también están sobre el tablero de las estrategias. Núñez Feijoo siempre ha estado en las quinielas sucesorias. Un dato, el PSOE ha vivido un enfrentamiento interno entre la ejecutiva nacional y la regional a propósito de las listas para los comicios, que puede pasarle factura el próximo día 25
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