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LOS PLANES DE SÁNCHEZ: FRENAR EL ASALTO A FERRAZ Y DOTAR DE ESTABILIDAD AL PRÓXIMO GOBIERNO
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(Foto: Flickr PSOE)

LOS PLANES DE SÁNCHEZ: FRENAR EL ASALTO A FERRAZ Y DOTAR DE ESTABILIDAD AL PRÓXIMO GOBIERNO

lunes 05 de septiembre de 2016, 11:05h

Se reúnen las ejecutivas. Pedro Sánchez trata de ganar tiempo. La derecha mediática presiona, incluso con encuestas hechas de un día para otro sobre el resultado de otras elecciones. Una parte del PSOE se organiza para iniciar el asalto al poder interno. Otra parte sale en su defensa. Sigue la precampaña en Euskadi y Galicia, cuyos resultados son decisivos en la lucha interna del PSOE y, por ende, en el futuro de España. Todos hablan de la economía y del Ibex-35 y el Ibex alcanza sus máximos anuales y mejora resultados respecto al año pasado cuando sí había gobierno. Ciudadanos ve la oportunidad de salirse con su objetivo inicial y cambiar a Rajoy. Y Podemos mantiene su estrategia para tratar de recuperar credibilidad y convertirse en el referente de la izquierda sociológica. El Rey, que tiene que proponer candidato, se reúne con la presidenta del Congreso. Y los tribunales a lo suyo: tienen que dar a conocer la sentencia del caso Nóos, e iniciar el procedimiento oral en casos como Gürtel, los papeles de Bárcenas, las tarjetas black, los ERE y continuar con el procedimiento de la salida a bolsa de Bankia, por citar lo más inmediato, casos que se van a colar en el debate político.

Pérez Tapias carga contra las presiones ejercidas “desde las estructuras orgánicas del PSOE por jefecillos territoriales celosos de sus parcelas de poder

Pedro Sánchez sigue tratando de ganar tiempo hasta que pasen las elecciones vascas y gallegas. Sus palabras sobre buscar una solución con las fuerzas del cambio van en esa línea. Sabía que esas palabras iban a generar malestar entre lo que su rival de primarias, Pérez Tapias acaba de denominar “jefecillos territoriales celosos de sus parcelas de poder” en clara alusión a determinados barones entre los que se incluye al de Castilla-La Mancha, García Page, el que es considerado por Sánchez como el tapado en el asalto a Ferraz. La dirección socialista se mueve en la desconfianza hacia determinados líderes territoriales, lo que hace a Sánchez mantener su verdadera estrategia en absoluta reserva.

Acabó la segunda votación del no a Rajoy. El mismo día que García-Page, Bono, Zapatero y otros dirigentes territoriales socialistas comían en un céntrico restaurante de Madrid para preparar la operación de presión sobre Pedro Sánchez, el que fuera su rival en la carreta de primarias, Pérez Tapias, salía en defensa de su secretario general “que encuentra apoyo en una militancia del todo reluctante a cualquier concesión a una derecha antisocial, autoritaria y corrupta”.

García-Page, Bono, Zapatero y otros dirigentes territoriales socialistas comieron en Madrid para preparar la operación de presión contra Pedro Sánchez

Pérez Tapias, miembro del comité federal socialista y defensor del pacto con Podemos, cargaba contra las presiones ejercidas “desde las estructuras orgánicas del PSOE por jefecillos territoriales celosos de sus parcelas de poder y, por ello, llamando a rebato, bajo el eufemismo de convocatoria a la reflexión, para que el partido cambiara su decisión de votar “no” al candidato Rajoy, insistiendo en lo responsable de una abstención que le permitiera gobernar”.

Y mientras se producen estos movimientos que dan idea de los graves enfrentamientos internos por la toma del poder en el PSOE, Pedro Sánchez confía que su última iniciativa, situada en la esfera de la izquierda sociológica, le permita unos resultados dignos en Galicia y frenar a En Marea, aún a sabiendas de que este movimiento sería aprovechado por los aspirantes a relevarle para iniciar el ataque. Luego, vendría la operación de apoyo a otro candidato de la fuerza más votada o incluso un independiente. En su visita a Galicia, de nuevo el blanco de sus críticas fue Rajoy, no el PP.

“Lo que tienen que hacer esos dirigentes es ‘baronear’ menos y trabajar más en sus territorios y ejercer sus responsabilidades autonómicas”

Y como dice un histórico socialista castellano-manchego: “Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer, lo que la militancia quería. Y esa misma militancia no le reprocharía ahora que ejerciera la responsabilidad institucional y democrática que define al PSOE”. La militancia socialista “es sabia –dice- y no acepta la cacería que se han iniciado algunos dentro del partido contra el secretario general. Lo que tienen que hacer esos dirigentes es ‘baronear’ menos y trabajar más en sus territorios y ejercer sus responsabilidades al frente de los gobiernos autonómicos, que tienen claramente abandonadas. Ya habrá tiempo para el congreso.”

Así, del “no es no” a Rajoy, la estrategia de Sánchez pasaría por facilitar, si sus detractores internos lo permiten, la formación de un nuevo gobierno y dar estabilidad durante dos años” a ese nuevo gobierno “para que encare la difícil situación que tiene el país”. Idea en la que se mueven líderes socialistas como Felipe González y que consideran que el objetivo primordial es ese, con independencia de los actores.

Ese comportamiento debería tener una respuesta de reconocimiento y respeto al PSOE y acabar con el acoso al que ha sido sometido el Partido Socialista desde el poder en los últimos cuatro años, “en los que se ha buscado dinamitar al partido y dividir al electorado de izquierdas apoyando mediáticamente a Podemos, una formación de la que nadie se fía”. Se trataría de dar estabilidad al sistema. Pero esa estabilidad depende fundamentalmente de la propia inestabilidad del PSOE, por un lado. Y por otro de si Rajoy resiste también las presiones para que “haga el mismo gesto que hizo Adolfo Suárez”.

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