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La inflación se sienta a la mesa: Comer una ensalada es hoy casi un 7% más caro que antes de la pandemia
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La inflación se sienta a la mesa: Comer una ensalada es hoy casi un 7% más caro que antes de la pandemia

Por CLM21
martes 26 de octubre de 2021, 20:26h
La subida de precios generalizada ya afecta a casi todos los sectores de consumo. La subida del precio del gas que lleva aparejado el encarecimiento histórico de la luz, la falta de materias primas y los problemas en las cadenas de suministro comienzan a hacer mella sobre la inflación, en una escalada de precios de la que los expertos advierten que sólo acaba de empezar.
A la hora de la verdad, uno de los sectores que mayor impacto tiene sobre el consumidor de a pie es el de la alimentación. La cesta de la compra ha venido experimentando una subida de costes desde el inicio de la pandemia y en el último año los productos básicos de alimentación han encarecido ya más de un 15%.

Según los datos que recoge la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), en el último año los tomates de ensalada se han encarecido un 16,9%, pasando en solo los últimos doce meses de 1,77 a 2,07 euros el kilo; las peras suben un 15,6%, hasta 2,59 euros; las manzanas un 15%, a 2,46 euros: el aceite de oliva un 6,1%, desde 3,88 a 4,12 euros el kilo y la carne de conejo, pollo y cerdo aumenta un 4,7%, un 3,5% y un 1,5% respectivamente.

De hecho, la inflación es aún mayor si comparamos los precios actuales con los de hace dos años, antes del estallido de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus. Así, por ejemplo, en septiembre de 2019 el coste de una ensalada pasaba por los 0,96 euros el kilo de la lechuga, los 1,69 euros el kilo de los tomates, 1,29 euros el kilo de pepinos, 1,51 euros el kilo de cebollas y 4,05 euros el aceite. En septiembre de 2021 la lechuga se encarece un 11,45%, los tomates un 22,5%, los pepinos un 25,6% y el aceite un 1,72%. Únicamente está más barato el kilo de cebollas, que baja un 27,15%. En total, una ensalada sale un 6,8% más cara que hace dos años.

Por su parte, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) hace un llamamiento sobre la gravedad de la situación provocada por el incremento inflacionista en costes energéticos, y la escasez de materias primas y auxiliares, que suponen una seria amenaza para las empresas y el empleo del sector.

Gigantes del sector como Unilever (fabricante entre otros de Carte D’Or, Knorr, Magnum o Lipton) ya se han visto obligados a reflejar el encarecimiento de los costes de producción en sus precios, que se han incrementado en un 4,1% sólo en el tercer trimestre del año.

Pero lo peor está por llegar. Ante una inflación disparada no por el aumento de la demanda, sino por el descenso de stocks, los modelos económicos apuntan a que todavía no se ha alcanzado el pico inflacionista y que, muy probablemente, una vez alcanzado podría provocar cambios estructurales en nuestras economías.
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