"Diciembre cerró un periodo nefasto de aproximadamente medio año para la economía manufacturera española", indicó Paul Smith, economista de S&P Global Market Intelligence, para quien el sector "probablemente esté sumido en una recesión técnica" por el impacto de la inflación elevada, la inestabilidad económica y la incertidumbre.
De este modo, tanto la producción manufacturera como los nuevos pedidos cayeron considerablemente en diciembre y las empresas informaron ampliamente de que la persistente incertidumbre en el mercado y la inestabilidad económica en general están perjudicando la demanda, tanto en el país como en el extranjero, lo que llevó a la décima caída consecutiva de los nuevos pedidos de exportación.
En este sentido, los recursos en las plantas de fabricación se enfocaron en completar los contratos existentes por séptimo mes consecutivo, registrándose un aumento marginal en los inventarios de productos terminados.
Asimismo, los niveles de personal se estabilizaron tras un período de cinco meses de contracción como consecuencia de un creciente optimismo entre las empresas de que lo peor de la desaceleración actual está pasando y que se producirá una recuperación en las ventas y el consumo en los próximos doce meses.
De esta manera, la confianza empresarial repuntó en diciembre hasta alcanzar su mejor nivel desde mediados de año.
"Los últimos datos del índice PMI alientan las esperanzas de que el sector se haya estabilizado como mínimo, si es que no ha dado un giro y se está encaminando de nuevo hacia una mejor salud", apostilló Paul Smith.