Así lo recoge el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV), un estudio en fase experimental que elabora el Instituto Nacional de Estadística en base a una serie de indicadores que ofrecen una visión panorámica (multidimensional) de la calidad de vida en España. Las nueve dimensiones contempladas por el IMCV son: condiciones materiales de vida, trabajo, educación, salud, ocio y relaciones sociales, seguridad, gobernanza y derechos básicos, entorno y medio ambiente y experiencia general de la vida.
De esta forma, en Castilla-La Mancha presenta un ICV de 100,921 puntos y se han producido mejoras en el ámbito del trabajo, la salud, la educación, el ocio y las relaciones sociales, mientras que los indicadores de la seguridad física y personal, gobernanza y derechos básicos y entorno y medioambiente han experimentado descensos en 2022.
En clave nacional, el IMCV alcanza los 101,438 puntos y se sitúa por debajo de la puntuación de 2021 (101,644 puntos). Este descenso estuvo provocado por las dimensiones gobernanza y derechos básicos, experiencia general de la vida, ocio y relaciones sociales, seguridad física y personal y entorno y medioambiente. Por el contrario, las de trabajo, salud, educación y condiciones materiales de vida mejoraron su puntuación respecto al año anterior.
Resultados por comunidades autónomas
Navarra, La Rioja y Aragón presentaron los niveles más elevados de calidad de vida en el año 2022, al igual que en la pasada edición. En el lado contrario, los registros más bajos se dieron en Canarias, Andalucía y Galicia.