En concreto el gasto no financiero creció en julio y agosto en 13,34 puntos, y las subvenciones corrientes lo hicieron en 11,80 puntos. La reducción fue más drástica en la inversión productiva, que se anotó un crecimiento de 6,85 puntos, es decir, el gasto de inversión creció en esos dos meses a la mitad que el conjunto del presupuesto.
En la partida de ingresos, las mayores aportaciones del Estado permitieron cerrar las operaciones no financieras con un crecimiento de 17,33 puntos. Los datos se derivan del informe de ejecución presupuestaria de la Junta a 31 de agosto.
Ese recorte del gasto y el mejor comportamiento de los ingresos permitieron reducir en 232 millones de euros el déficit presupuestario. Según las propias previsiones del gobierno regional, en septiembre de debe alcanzar otro recorte de 80 millones de euros para poder alcanzar el déficit del 0,5 por ciento al final del tercer trimestre y contar con el colchón de una décima para cerrar el año en el 0,6% previsto para todas las Comunidades Autónomas.
A falta de adaptar la ejecución de las diferentes partidas al nuevo presupuesto aprobado el 1 de septiembre, los datos permiten identificar a las sanitarias como las más afectadas por el frenazo inversor de la Junta. A finales de agosto, el programa de atención integrada a la salud había invertido tan sólo 11 de los más de 75 millones de euros previstos.
El déficit presupuestario se situó a finales de agosto en el 0,10 por ciento de la riqueza regional frente al 0,68% de junio. Ese saldo es el que sirve de base para el cálculo del déficit de la Comunidad Autónomas tras la aplicación de los ajustes en términos de contabilidad nacional.
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