Las personas usuarias sufren directamente las consecuencias de los trenes vandalizados con pintadas, como retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad de los trenes que impiden la circulación; frenazos de emergencia para pintar en medio de un trayecto o el olor de este producto químico que resulta muy molesto a los viajeros, entre otros.
Principales datos de Castilla-La Mancha
Durante el año pasado, los vándalos pintaron cerca de 2.000m² de superficie en trenes en la región, generando un coste total de 333.000 euros por los grafitis (cerca de 912 euros diarios).
Además, según recoge la Delegación del Gobierno en nota de prensa, en 2023, se emplearon 400 horas de trabajo de limpieza de grafitis, lo que supone 400 horas con trenes detenidos de forma no prevista.