hogares son sintomáticos de la difícil situación que atraviesa nuestra economía.
Así, señala que todavía el PIB muestra un crecimiento trimestral de octubre a diciembre de 2023 del 0,6%, situando el crecimiento medio del PIB en 2023 en un 2,5%, pero la composición pormenorizada de estos datos señala algunos aspectos preocupantes.
En este sentido, la inversión empresarial ha disminuido un -4,8% en la tasa trimestral y el consumo de los hogares aumenta un 0,3%, muy por debajo del trimestre anterior.
De hecho, al fin de 2023, la única variable de la demanda interna que no ha recuperado los niveles precrisis es la inversión, tanto de construcción como de bienes de equipo, mientras que el consumo privado está en los mismos niveles que a finales de 2019.
En esta línea, las actividades inmobiliarias están sufriendo los efectos de la subida de los tipos de interés y el aumento de la incertidumbre que está frenando las operaciones de compra y venta, mientras que el sector primario noa un estancamiento, tanto por la sequía como por el estancamiento de sus inputs, según señala CEOE.
Descenso productividad
CEOE también ha puesto en su informe de economía su acento sobre el descenso de la productividad que se reduce significativamente por tercer trimestre consecutivo, registrando una caída del -1,8% en términos interanuales en este tercer trimestre de 2023.
De cara al inicio de este 2024 la incertidumbre sigue siendo elevada y se vislumbran problemas geopolíticos que pueden dar lugar a un incremento del coste de las materias primas y la convulsión en los mercados financieros en el ámbito exterior, mientras que en el ámbito interno advierte CEOE sobre una política económica que puede generar mayores costes a la actividad empresarial y paralizar las decisiones de consumo e inversión.
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