La lista de espera quirúrgica supera los 38.000 pacientes y refleja el deterioro paulatino del sistema sanitario público regional

Consciente de esta situación, el ejecutivo ha optado por mezclar los resultados de las tres listas de pacientes en espera: las de atención por un especialista, la de prueba diagnóstica y la de intervención quirúrgica. Así en su nota oficial para los medios mantiene que la suma de estas tres listas a finales de octubre era de 99.707 pacientes y que “el Gobierno de Castilla-La Mancha ha logrado reducir las listas de espera cerca de un 31 por ciento en lo que va de legislatura, con una disminución de 44.433 entre los meses de octubre de 2015 y de 2017”,

Sin embargo en el sector sanitario existe una fuerte preocupación por el deterioro paulatino que se está dando en la atención a los enfermos que precisan de una intervención quirúrgica y los malos resultados de la gestión del equipo del presidente García-Page. La política sanitaria ha concentrado los recursos en disminuir las listas de pacientes que tienen cita para ser vistos por un especialista o para que les realicen una prueba. Sin embargo, los procedimientos de quirófano necesitan un mayor gasto tanto de personal, como de tecnología, farmacia, material clínico y hospitalización. Y ese coste ha relegado la lista quirúrgica a un segundo plano en la asistencia sanitaria de los responsables sanitarios, hasta el punto que por primera vez se ha superado la barrera de los 38.000 pacientes, de ellos cuatro de cada diez (15.568) serán operados después de seis meses y en algunas especialidades los plazos rondan o superan el año como tiempo medio en espera. Una cifra que está muy lejos de los 3.566 pacientes que había en junio de 2015 en plazos de espera superiores a seis meses.

Los datos de octubre son los peores de la serie histórica. Cuando el actual gobierno se hizo cargo de la sanidad, había 32.902 castellano-manchegos que aguardaban una operación. La cifra ha ido subiendo mes tras mes (salvo alguna bajada puntual) y ya alcanza los 38.602. Sin ir más lejos, hace un año, bajo el actual gobierno, el dato era de 35.237. Una de las preocupaciones es que en el horizonte están los meses de invierno, donde suelen repuntar las listas quirúrgicas a causa de las epidemias de gripe que obligan a utilizar las camas hospitalarias a estos pacientes y que genera una sobrecarga de trabajo en los profesionales sanitarios con lo que se ralentiza la actividad en quirófanos. De hecho, a finales de enero pasado los pacientes pendientes de operación eran 36.955, mil setecientos más que a finales de octubre del año pasado.

Los hospitales de Albacete (8.743 pacientes en lista de espera quirúrgica), Alcázar (2.988), Guadalajara (3.730), Talavera (2.393) y Manzanares (659) tocan o superan máximos, Toledo, aunque reduce su número a 12.489, sigue siendo el reflejo del déficit estructural en la asistencia sanitaria que ha ido creciendo en los últimos meses y que ya se deja sentir también en los hospitales de Albacete y Guadalajara. De hecho en Toledo (7.018) y Albacete (4.563) los pacientes que esperan más de seis meses para ser intervenidos son más del cincuenta por ciento del total de cada centro hospitalario.

Ese déficit estructural en la atención es especialmente grave en algunos servicios. En Toledo, el plazo medio para una intervención de cirugía maxilofacial es de 305 días y de traumatología de 343. En traumatología de Toledo los pacientes en espera son 6.289. En Albacete los plazos medio para una intervención de neurocirugía son de 388 días, de traumatología 330, de cirugía pediátrica 311 y de plástica 300.