En el caso de Castilla-La Mancha, la comunidad pasa de ‘Ba1’ a ‘Baa3’, un escalón más, gracias a la mejora de sus condiciones fiscales en 2024, con saldos operativos más sólidos y una menor carga de deuda. Moody’s anticipa que esta tendencia se mantendrá en los próximos dos o tres años, con resultados positivos en términos de saldo primario.
Además de Castilla-La Mancha, también han mejorado un nivel Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña. Andalucía ha sido la única autonomía que ha escalado dos posiciones, de ‘Baa2’ a ‘A3’, por el refuerzo de su situación fiscal en los últimos ejercicios.
Entre las comunidades que logran situarse en ‘A2’, gracias a su régimen foral y mayor flexibilidad financiera, figuran el País Vasco y la Diputación Foral de Vizcaya. Por su parte, Asturias, Castilla y León, Galicia y la Comunidad de Madrid suben de ‘Baa1’ a ‘A3’, con calificaciones que reflejan su sólido rendimiento fiscal.
En el ámbito local, la agencia también ha mejorado la nota de las ciudades de Madrid y Barcelona, que pasan de ‘Baa1’ a ‘A3’, destacando su prudente gestión presupuestaria, superávits financieros, baja deuda y liquidez robusta.
Según Moody’s, la mejora generalizada de las calificaciones responde a la estrecha correlación entre los perfiles crediticios de las autonomías y el del Estado español, de modo que la revisión al alza del rating soberano ha reducido el riesgo sistémico para las comunidades.
La agencia subraya, además, que las reformas y avances fiscales de los últimos años han fortalecido las cuentas públicas regionales y que espera que esta evolución positiva continúe a medio plazo.