Más allá de la tendencia electoral, los cuatro barómetros mensuales del Centro de Investigaciones sociológicas del último cuatrimestre del año referidos a Castilla-La Mancha revelan un cambio de la percepción social y económica por parte de los ciudadanos y sobre su visión de los problemas políticos y económicos del país.
“En intención más simpatía de voto declarada ante unas hipotéticas elecciones generales, PSOE y PP empatan a un 22,6%, les sigue Ciudadanos con un 14,3%, Vox con un 7,5% y Podemos se sitúa en el quinto lugar con un 4,5%”
En cuanto a intención más simpatía de voto declarada por los ciudadanos en unas hipotéticas elecciones generales, PSOE y PP mantienen un empate con un 22,6% cada uno, seguido de Ciudadanos con un 14,3%, Vox con un 7,5% y Podemos se sitúa en el quinto lugar con un 4,5%. Los datos del barómetro de diciembre reflejan no obstante que el PSOE tiene una ligera ventaja (2,3 puntos) en cuanto a voto decidido sobre el PP.
Crece el malestar contra la clase política
Pero más allá de las preferencias políticas, el barómetro de diciembre y la evolución de los últimos cuatro meses revelan un sentimiento ciudadano en Castilla-La Mancha de mayor castigo hacia los políticos, a los que consideran como el segundo problema del país, con un 19,5%, tras el paro con un 32,3%. La novedad es que mientras el paro ha ido perdiendo peso en los últimos cuatro meses, cada vez son más los ciudadanos que ven a la clase política como un problema. Lo mismo sucede con la corrupción y el fraude, que de ser el cuarto problema para los castellano-manchegos con un 9,8% en septiembre, pasa a ser el tercero en diciembre, con un 13,5%.
Para casi el 77% de los castellano-manchegos la situación política es mala o muy mala y el 37,6% cree que ha empeorado en el último año frente a sólo un 6,8% que piensa que ha mejorado. Y a futuro son más los que creen que la cosa va a ir a peor (21,8%), frente a los que opinan que va a ir a mejor (15,8%).
Con esa situación declarada, los castellano-manchegos se decantan en su mayoría por la recentralización autonómica, aunque curiosamente valoran positivamente a las Cortes y el Gobierno de Castilla-La Mancha, que son puntuadas mayoritariamente con un cinco o más en una escala del 1 al 10 y obtienen las notas más altas entre las distintas regiones y por encima de los resultados que obtiene el gobierno central. De hecho, los castellano-manchegos suspenden al gobierno español, aprueban al Congreso de los Diputados y al Parlamento Europeo y a la Unión Europea
La confianza económica, en índice negativo
En el escenario político el pesimismo sobre la situación económica ha ido en aumento en los cuatro últimos meses del año. En diciembre la diferencia de los pesimistas sobre los optimistas era de 43,5 puntos, el saldo más alto desde septiembre, cuando se situaba en el 30,3%. La percepción respecto al año anterior también se ha ido deteriorando en el último cuatrimestre y en diciembre el pesimismo había crecido 8 puntos respecto a septiembre y se situaba en un saldo de 12,8 puntos
A pesar de ello el pesimismo entre los ciudadanos es menor en cuanto a sus expectativas de cómo vayan las cosas en el futuro. La visión de diciembre sigue siendo pesimista con un saldo de 12,8, pero menos (en 7,6 puntos) que la que se registraba en septiembre.
Con índices negativos de confianza política y económica, los castellano-manchegos declaran que sus principal problema personal es en el 24,1% de los casos el paro, el 8,3% los de índole económica en general y para un 6,8% la calidad en el empleo. Precisamente este último ha ido creciendo en los últimos meses, desde el 3% que se anotaba en septiembre. Como cuarto problema figura las pensiones, con un 4,5%.