Con 400 millones más de presupuesto que en 2015, la región se sitúa como la segunda con peor sanidad
05/07/2018@21:26:11
Había sido su principal baza electoral. Cuando Emiliano García-Page llegó al gobierno de Castilla-La Mancha en julio de 2015, justo ahora hace tres años, se encontró que 32.902 ciudadanos esperaban a que el Servicio de Salud les llamara para ser operados y que de ellos 3.566 lo hacían desde hacía más de seis meses. Eran los números negros, los que él decía que eran fruto de los recortes. Y se dispuso a recuperar “una sanidad deteriorada”. Pasados estos tres años, los ciudadanos que aguardan una intervención quirúrgica han subido hasta los 36.921 (últimos datos, de mayo 2018) y de ellos, son 12.242 los que llevan más de seis meses esperando a recibir la llamada del SESCAM para que vayan al hospital a ser intervenidos. El informe del Sistema Nacional de Salud de diciembre de 2017 sitúa a Castilla-La Mancha por segundo año consecutivo como la segunda región con el sistema sanitario más deteriorado del país.