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La desaceleración económica empieza a pasar factura a los ingresos públicos
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La desaceleración económica empieza a pasar factura a los ingresos públicos

  • Las dos principales fuentes de ingresos de Castilla-La Mancha, IVA e IRPF crecen a menor ritmo

jueves 26 de septiembre de 2019, 21:26h
La desaceleración económica de Castilla-La Mancha sigue su recorrido y tiende a pronunciarse en los próximos años. Esta misma semana lo ha venido a confirmar el BBVA, que ha rebajado sus propias previsiones de julio sobre el crecimiento de la Región en 2019. Y esa desaceleración se empieza a notar en el empleo y comienza a pasar factura a las administraciones públicas, porque también se desacelera el crecimiento de la recaudación por los principales impuestos: IVA e IRPF. Son los dos pilares de los ingresos anuales de Castilla-La Mancha. Suman 2.700 millones de euros. Un mal comportamiento de estas fuentes de recaudación se dejará sentir sobre el gasto, que será menos expansivo y afectará al proceso de recuperación de los servicios públicos, máxime en un escenario en el que la Comunidad Autónoma por primera vez no podrá incurrir en déficit. Hay que tener en cuenta que el gobierno tiene previsto que en 2020 el gasto en administración y servicios públicos no sobrepase los 6.619 millones de euros.
Esta misma semana “El Economista” ya advertía de que el incremento de los ingresos por dos de las principales fuentes, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), arroja síntomas de fatiga en comparación al desempeño mostrado en ejercicios anteriores. Y ponía números a esa moderación: “El impuesto de Renta avanza un 1,2% menos que el pasado año y el de Valor Añadido cede un 30”.

La moderación en el crecimiento de la recaudación por estos impuestos empezó a notarse ya el año pasado, pero ha sido en este cuando se ha pronunciado. El sistema de financiación prevé la entrega a cuenta sobre previsiones de ingresos del Estado por los impuestos en el año en curso. Además a mediados del año, se hace una liquidación de la financiación del año anterior al anterior, sobre la base de lo que le correspondería a la Comunidad en virtud de lo realmente recaudado. A esa cuantía se le resta lo entregado a cuenta. SI el resultado es positivo, se transfiere la diferencia a la Comunidad. Si es negativo, el camino es el inverso y es la Región la que debe devolver lo cobrado de más. Es decir que hay dos partidas de ingresos, la de previsión y la de liquidación. En julio de 2019 se ha realizado la liquidación de 2017 y Castilla-La Mancha va a recibir este año 33 millones de euros más por IRPF y tiene que devolver 89 millones por IVA.

El comportamiento de este año, invita a la prudencia para la asignación de fondos del año que viene. Además, a mediados de 2020 se hará la liquidación sobre las entregas a cuenta de 2018, año en el que se empezaron a desacelerar los ingresos por IVA e IRPF.

El lunes el gobierno regional aprobará su proyecto de ley de presupuestos generales de la Junta de Comunidades para el año que viene. Aunque el Ministerio no le ha facilitado a cuánto ascenderán las entregas a cuenta, el consejero ya señaló que se habían estimado de forma prudencial. Habrá que esperar a conocer las cifras para saber si ha tenido en cuenta la tendencia de fatiga de las dos principales fuentes de ingresos de Castilla-La Mancha.

Además la desaceleración económica afectará a otras figuras impositivas de gestión directa, como son los gravámenes por transmisiones patrimoniales y por actos jurídicos documentados, por los que el gobierno regional prevé ingresar 300 millones de euros en 2019. También incidirá en otras figuras, como los impuestos especiales, en especial el que grava los hidrocarburos y la electricidad.
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