Ya en marzo de 2018 Airbus puso en marcha un plan de ajuste de la plantilla que afectó a alrededor de 3.700 trabajadores, 350 de ellos en España. La principal diferencia entre ese ajuste y el que va a iniciar ahora la compañía, es que en 2018 pudo recolocar a gran parte de los empleados afectados en otros puestos de trabajo en distintas divisiones de la compañía. Así por ejemplo, la planta de Illescas fue uno de los destinos para los trabajadores reubicados, debido al aumento de la demanda del modelo A350, del que se fabrican varios componentes en la localidad toledana.
No obstante, compañía y sindicatos ya han avisado que la capacidad de movilidad es ahora inferior, por lo que muchos de los empleados afectados por el recorte no podrán ser recolocados.
El principal motivo que ha llevado a Airbus a revisar su número de trabajadores es la escasez de pedidos, especialmente el A400M, en cuya producción están implicadas las plantas de Getafe y Sevilla. En este sentido, también afecta la prohibición de vender armas a Arabia Saudí.
Además, Airbus fabrica varios de los componentes del modelo insignia de su principal competidor aeronáutico, el Boeing 737. Tras los accidentes de Indonesia y Etiopía (con 737MAX), se están analizando los problemas de seguridad de la aeronave, lo que la mantiene apartada del cielo y reduce la carga de trabajo de Airbus.
Por el momento la compañía ha anunciado que además de a España, el ajuste afectará a Francia, Reino Unido y Alemania, y en cada uno de los países se verá afectado entre el 6 y el 6,5% de la plantilla.
Por su parte, en España los sindicatos CCOO y UGT ya han mostrado su disconformidad con los planes de la compañía y señalan que “no hay una justificación industrial” para el recorte de puestos de trabajo. Los representantes sindicales han convocado huelgas de 24 horas.