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Así se pagan impuestos en cada Comunidad
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Así se pagan impuestos en cada Comunidad

viernes 27 de noviembre de 2020, 13:10h
Las Comunidades Autónomas tienen una autonomía financiera en la medida que pueden tomar decisiones de subida o bajada de impuestos (tocando tipos, tramos, exenciones, bonificaciones…) sobre varias figuras fiscales. En los impuestos directos fundamentalmente sobre el 50% del IRPF, sobre el Impuesto de Patrimonio y sobre el de Sucesiones y Donaciones. En los impuestos indirectos sobre el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Conviene recordar que, en 2008, el gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero cumplió de inmediato una de sus promesas electorales, la supresión del Impuesto Sobre Patrimonio, que llevaba 30 años en vigor y lo hizo, no derogándolo sino estableciendo una bonificación del 100%. En 2009 entró en vigor un nuevo modelo de financiación autonómica (el que rige en la actualidad) en el que ya se compensaba la supresión que ese impuesto podía ocasionar en las arcas regionales. En mayo de 2010 y con la crisis golpeando, ese mismo gobierno decidió recuperar el impuesto, como vía para que las regiones aliviaran sus problemas financieros, afectando a los patrimonios que superaran los 700.000 euros descontada la vivienda habitual. Y hubo diferentes respuestas, unas echaron manos de esa posibilidad y otras, como Madrid, terminó por mantener la exención. Castilla-la Mancha, por ejemplo, tiene en vigor esa figura fiscal por la que el gobierno regional recauda entre 15 y 17 millones de euros anuales. En nuestra Comunidad hay menos de 3.500 personas sujetas a ese gravamen.

Sucesiones, un impuesto dispar y muy cuestionado por los ciudadanos

El impuesto de sucesiones y donaciones está en entredicho desde hace años. Durante la crisis financiera (2008-2014) ha tenido en la práctica un efecto confiscatorio en muchos casos. La presión social ha llevado a algunas formaciones a plantear abiertamente su supresión o una limitación al máximo.

De hecho, es un impuesto que es muy dispar entre Comunidades. Por ejemplo según la normativa vigente durante 2019, en Andalucía el conocido como el “impuesto de la muerte” está bonificado al 99% en las herencias por debajo de un millón de euros, en Castilla y León por debajo de los 400.000 euros, en Aragón si se sobrepasan los tres millones, en Cataluña la horquilla de bonificaciones está entre el 20% y el 99%, en Valencia el 75% y donde es más bajo es en Canarias, donde la bonificación es del 99%. En Madrid el sistema de reducciones y bonificaciones (99% dentro del ámbito familiar) hace que esté prácticamente en el 99% o más de exención. Ciudadanos y PP plantean su supresión y el PSOE durante la campaña autonómica de 2019 en Madrid propuso que se revisara y que gravara las herencias de más de 1,5 millones.

Las diferencias en el impuesto sobre la Renta

En el IRPF, muchas son las Comunidades que han tocado el impuesto para aumentar tramos y modificar tipos sobre el 50% de su competencia. Además de haber establecido un amplio abanico de desgravaciones que varían de unas regiones a otras.

Así, Extremadura cuenta con el tipo mínimo más bajo en un 18%, mientras que el más alto se establece en Cataluña, con un 21,5%. En el tipo máximo sobre rentas de más de 60.000 euros también hay diferencias. Varias regiones como Extremadura, Valencia, La Rioja, Cataluña y Asturias lo tienen en el 48%. Madrid en cambio, tiene el más bajo, el 43%, lo mismo que Castilla y León. Andalucía lo tiene al 47,4%.

También varían los tramos fiscales. A nivel estatal hay cinco. Aragón para su 50% tiene establecidos 10; Baleares, Extremadura 9; Andalucía, Asturias y Valencia, 8; Cantabria, Galicia y La Rioja 7; Canarias, 6 y Castilla-La Mancha, Murcia y Madrid, 5. Los territorios forales tienen competencias plenas en IRPF. Navarra tiene 9 tramos con una horquilla del 13% al 52%. En el caso vasco los ocho tramos oscilan entre el 23% y el 49%.

Las diferencias en los impuestos en las ventas de pisos o coches

En cuanto al impuesto de transmisiones patrimoniales, la mayoría de las Comunidades tiene el tipo general que gravan las operaciones inmobiliarias entre el 8% y el 10% dependiendo del valor de los inmuebles. En Cataluña está entre el 10% (menos de un millón de euros) y el 11% (más de un millón). En Baleares puede llegar al 11%. En Madrid el tipo general es del 6%. En Canarias, del 6,5%. En la Rioja, en el 7%. En Castilla-La Mancha en el 9%.

El error en el planteamiento en la negociación entre ERC y el gobierno ha sido hablar de un territorio, de quien recaudam y no de quien paga, porque no se trata de lo que va a recaudar Madrid, sino de lo que van a pagar los madrileños. Es una batalla que el PSOE abrió hace años argumentando que esa menor fiscalidad atrae domiciliaciones empresariales y personales en Madrid, lo que termina por afectar a la recaudación de otras regiones que, dentro de su autonomía, han optado por subir los impuestos. Y sea dicho de paso, es una batalla que hasta ahora ha perdido en las urnas en la Comunidad de Madrid. La cosa se aplaza a un nuevo modelo de financiación. Pero esta es una cuestión que no termina de llegar. Siempre levanta ampollas, incluso contando con mayorías absolutas y con bonanza económica en el país. Y ahora no hay mayorías y se vive la mayor crisis de los últimos 80 años. El gobierno a duras penas logra sacar adelante sus propuestas y si lo hace es a cambio de compensar a los que deciden apoyarles, suelen ser los partidos nacionalistas o regionalistas. No es el mejor clima para tratar de abordar un nuevo acuerdo nacional sobre la financiación del estado autonómico.

El efecto capitalidad

Argumentan desde el PSOE que Madrid ya se ve beneficiada por el efecto de la capitalidad y que puede permitirse esa bajada. En realidad, lo que demuestran los estudios es que el efecto de capitalidad no es tan grande y que los menores ingresos de Madrid son compensados con una menor dotación para servicios públicos, una merma que es criticada por las principales formaciones de izquierda en la Comunidad, que piden subir impuestos para poder gastar más en servicios públicos. Y he aquí la paradoja, esa subida fiscal o armonización fiscal, expulsaría a esas personas que se suponen que fijan su domicilio en Madrid para tributar menos, con lo que caería la recaudación y para invertir más en los servicios públicos habría que acudir a una nueva subida de impuestos a los madrileños después de haberles subido para lograr esa armonización fiscal.

Las finanzas de Cataluña

En cuanto a la propuesta de Esquerra Republicana, conviene recordar la senda fiscal recorrida por las formaciones nacionalistas catalanas. Desde aquella exigencia de publicar las balanzas fiscales con las que se pretendía demostrar que Cataluña aporta al conjunto más de lo que recibe, hasta la pretensión de tener un privilegio fiscal similar a los regímenes forales vasco o navarros. Los estudios revelaron que la balanza fiscal de Cataluña estaba dentro de la media y que era Madrid la que destacaba aportando más fondos de los que recibía. Lo del régimen foral puso en guardia y de uñas al resto de regiones.

Y si eso pasaba por la vía de los ingresos, por la vía de los gastos, Cataluña acudía a un progresivo endeudamiento y sus cuentas convertían su deuda en bonos basura. El gobierno central acudía a su rescate. Entre 2012 y 2019, el gobierno central facilitaba a Cataluña 25.270 millones para que pudiera atender el pago a los proveedores de la Generalitat. La cifra equivale al 26,7% (uno de cada cuatro euros) de los 94.534 millones de financiación extraordinaria del Estado a las Comunidades Autónomas para que estas hicieran frente a sus facturas. Pero no era el único dinero que facilitó el Estado. En total (incluida la cifra anterior), entre 2011 y 2019, el Ministerio de Hacienda ha dado 214.985,06 millones de euros a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), el compartimento de Facilidad Financiera y el Fondo Social. De ese dinero, Cataluña recibió 72.268 millones de euros, el 33,6%, es decir uno de cada tres euros mientras que las otras 14 Comunidades de régimen común recibían el 66,4% restante. 12.190 millones fueron para Castilla-La Mancha y Madrid sólo recibió 1.846 millones.

Conviene recordar también que las finanzas públicas catalanas están desde hace años en manos de Esquerra Republicana, que la Generalitat ha establecido una negociación bilateral con el gobierno central, al margen del Consejo de Política Fiscal y Financiera que es donde se establecen los criterios de financiación autonómica. Esta separación y trato diferenciado ha provocado la crítica del resto de comunidades, entre ellas del gobierno de Castilla-La Mancha. Esa comisión bilateral llegó a un compromiso por el que el Estado transferiría 4.200 millones más a Cataluña. Esquerra Republicana se comprometía a aprobar los presupuestos de 2019. Pero finalmente votó no y hubo que ir a elecciones en abril del año pasado.

La exigencia que ha planteado Esquerra a Pedro Sánchez responde más a una visión de un derby F.C Barcelona- Real Madrid que a un planteamiento político. Pero no se trata de fútbol, sino del bolsillo de 6,7 millones de madrileños. Y esa lectura es la que no ha sabido hacer el gobierno central que debería haber desmontado la ocurrencia antes de que le estallara.
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