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LA REFORMA FISCAL DEL GOBIERNO REGIONAL AMENAZA A LAS CLASES MEDIAS Y MEDIO-BAJAS

LA REFORMA FISCAL DEL GOBIERNO REGIONAL AMENAZA A LAS CLASES MEDIAS Y MEDIO-BAJAS

miércoles 25 de enero de 2017, 13:46h

Si el aumento de la presión fiscal llevada a cabo por el Gobierno de García-Page en materia de sucesiones y donaciones y de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados ha provocado la fuga de empresas desde Castilla-La Mancha a otras Comunidades con menor presión fiscal, especialmente a Madrid, la anunciada reforma del tramo autonómico anticipa un fenómeno similar y el cambio de domicilio fiscal de residentes en la Comunidad a otras vecinas, especialmente a Madrid.

Según el informe de la firma Axesor, referenciado por el diario económico Expansión, la fuga de empresas deja un saldo neto durante 2016 de 39 sociedades que cambiaron de domicilio social desde Castilla-La Mancha a otras Comunidades.

En materia de IRPF, el gobierno autonómico recibe la mitad de lo que se recauda por el impuesto. A esa cantidad se le descuentan las deducciones que haya aplicado el gobierno de Castilla-La Mancha a sus ciudadanos en las declaraciones de la renta.

Todas las Comunidades han realizado reformas sobre su cincuenta por ciento, que en ningún caso han llevado aparejadas la disminución de los impuestos a las rentas más bajas que deben cotizar, muy al contrario, algunas han aumentado en 2,5 puntos la presión fiscal o lo que es lo mismo de cada 1.000 euros de la base imponible (general y del ahorro) los ciudadanos deben pagar al fisco autonómico 25 euros más de lo que venían pagando. Ese es el caso de Cataluña.

En Castilla-La Mancha sólo 900 declaraciones (individuales y conjuntas) superan los 150.000 euros de base imponible

El problema con el que se va a encontrar el gobierno de Castilla-La Mancha a la hora de aumentar los impuestos por IRPF a sus ciudadanos es que en la mayoría de los casos sus rentas no superan los 30.000 euros anuales. Sólo 114.284 declaraciones, de las 894.686 están por encima de esa cifra, lo que equivale al 12,78 por ciento de las 894.686 que se hicieron en Castilla-la Mancha en el último ejercicio contabilizado, que fue el de 2014 (el de 2015 se hará público el próximo 4 de julio). El IRPF dejó en las arcas de las haciendas estatal y autonómica por las declaraciones de los castellano-manchegos 2.116,84 millones, de ellos, una vez aplicadas las deducciones autonómicas, a Castilla-La Mancha le correspondieron 973,12 millones de euros. Hay que tener en cuenta que, de esas 894.686 declaraciones, 245.019 fueron conjuntas de los miembros de la unidad familiar.

La mayoría de ese dinero la aportaron los contribuyentes castellano-manchegos por los ingresos obtenidos por su trabajo. Las rentas de trabajo que sirven de cálculo al impuesto suponen 11.849 millones de euros.

La previsible reforma podría provocar la emigración fiscal a Madrid, con los impuestos más bajos

Sólo 39 declaraciones castellano-manchegas recogen rentas superiores a los 600.000 euros. Esas rentas están gravadas a nivel nacional con el 22,5 por ciento y en la Comunidad Autónoma con otro 22,5 por ciento. Si el contribuyente residiese en Madrid, pagaría un 21 por ciento por el tramo autonómico, es decir 1,5 puntos menos que en nuestra Región (15 euros menos por cada mil) y si lo hiciese en Castilla y León, un 21,5 por ciento (10 euros menos por cada 1.000). En cambio, en Cataluña, Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña, la Rioja o Valencia, pagaría un 25,5 por ciento por el tramo autonómico, es decir 30 euros más por cada 1.000.

Otras 861 declaraciones tuvieron una base imponible general superior a 150.000 euros, pero inferior a los 600.000. El grueso de las declaraciones (conjuntas e individuales) se sitúan en los tramos comprendidos entre los 6.000 y 30.000 euros de rendimientos. Estas representan el 61 por ciento. Por debajo de 6.000 euros hay 231.500, que equivalen al 25,89 por ciento. En el tramo de 12.000 a 21.000 euros hay 237.465 declaraciones y en el de 21.000 a 30.000 euros hay 115.280 declaraciones.

Con estos datos, fuentes del propio gobierno reconocen escaso margen para incrementar la presión fiscal y aseguran que están tratando de trasladar a Podemos esa realidad. En el ejecutivo son más partidarios de que las mayores variaciones se produzcan en el impuesto que grava el patrimonio. El problema es que con este tributo Castilla-la Mancha apenas ingresa 17 millones de euros. Por mucho que se gravase el patrimonio, sin caer en el carácter confiscatorio, los fondos adicionales de la reforma serían irrisorios y sólo tendría un efecto de imagen que pudiera ser favorable o perjudicial a los intereses al PSOE como promotor de la medida. Sin embargo, un incremento de 3 puntos de media en el conjunto de la renta supondría una recaudación en torno a los 30 millones de euros.

El aumento de la presión fiscal detraería la demanda interna y podría afectar a la generación de riqueza y a la creación de empleo

En renta el margen está en las 900 declaraciones de más de 150.000 euros de base imponible, en las 13.844 de entre 60.000 y 150.000 euros y en las 99.540 que declaran rendimientos comprendidos entre los 30.000 y 60.000 euros. De hecho, estos dos últimos tramos son los que pueden venir a soportar el grueso de la reforma del IRPF. O dicho de otra forma el margen de maniobra afecta fundamentalmente a las declaraciones con bases general y del ahorro superiores a 30.000 euros, o lo que es lo mismo a rendimientos brutos equivalentes o superiores a los 2.142 euros (por 14 mensualidades) o 2.500 (por 12 mensualidades). Al final, según expertos fiscales, el gobierno trasladaría mayor presión fiscal a las clases medias y medio-bajas de la Comunidad. Los fiscalistas consultados señalan que, aunque técnicamente pueda haber recorrido, se vería afectada la demanda interna y podría provocar una ralentización e incluso retroceso en el crecimiento económico, lo que a su vez influiría sobre el empleo y sobre la capacidad de generar rentas.

Por otro lado, a la Hacienda regional siempre le cabría subdividir los tramos como ha sucedido en buena parte de las Comunidades e incrementar los tipos en todos o algunos de ellos. Una de las cuestiones a valorar es si las declaraciones afectadas son conjuntas, porque el incremento de la presión fiscal sobre ellas podría provocar que en algunos casos se convirtieran en individuales.

El fenómeno del cambio de residencia es más previsible que se pudiera dar en Guadalajara y en Toledo

Llegado el caso, el fenómeno del cambio de residencia para los fiscalistas es más previsible que se pudiera dar en Guadalajara y en Toledo, que tienen amplias zonas convertidas en municipios-dormitorio de personas que tienen su empleo en la capital del reino, donde generan sus rentas de trabajo. Madrid es la Comunidad con los tipos de IRPF más bajos. Esa fuga llevaría aparejada para nuestra Comunidad y para algunos municipios la pérdida de financiación por disminución de habitantes. Incluso, esa situación podría llegar a tener incidencia en el ámbito político, ya que existe una distribución variable de escaños por provincia en proporción al censo. Es más, nuestra Comunidad podría llegar a perder el tercer senador por representación autonómica (en la actualidad el escaño lo ocupa Podemos), si baja de los dos millones de habitantes.

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