El precio medio de la energía en la primera quincena de junio se ha disparado un 36,4% en relación con la primera quincena del mes anterior (mayo) y triplica el de hace un año cuando se situó en 27,47 euros. Si bien es verdad que la pandemia y las medidas restrictivas hicieron caer la demanda incluyendo sobre los precios. No obstante, en comparación con la primera quincena de junio de 2019 (un periodo homogéneo donde no hubo elementos que distorsionaran el mercado) el precio ha pasado de los 46,76 euros de media de hace dos años a los 81,50 actuales, lo que supone una subida del 74,44%. Si nos retrotraemos a un año antes, cuando la moción de censura acabó con el gobierno de Rajoy el 1 de junio de 2018, el gobierno entrante se encontró un precio medio en la última quincena de mayo de ese año de 61,81 euros, lo que marca una subida del 31,87% en el precio de la luz desde que Pedro Sánchez accedió a la Presidencia del Gobierno.
Desde que entró en vigor la nueva tarifa decretada por el gobierno el pasado uno de junio el precio de la energía se ha desbocado un 36,4%. En la primera quincena de junio el promedio del precio de la energía en el mercado nacional se situó en 81,50 euros/MWh. En la primera quincena de mayo, el precio medio se situó en 59,77 €. En comparación el precio medio ha subido 21,74 euros.
La tendencia presagia que en julio, mes veraniego de mayor consumo energético en nuestro país, con una fuerte incidencia del uso de los aires acondicionados, el precio de la energía vuelva a dispararse.
Además, la unificación en una tarifa única de las seis vigentes hasta la fecha anticipa también un crecimiento del precio en los meses de invierno por los sistemas de calefacción eléctrica que serán fuertemente penalizados en las horas punta. Esta situación la notarán también, aunque en menor medida al no depender tanto de la energía eléctrica, los consumidores que tengan calefacción de gasoil. Un hecho que viene a poner en cuestión la nueva tarifa desde el punto de vista de la transición energética, al favorecer el uso de gasoil de calefacción, lo que choca abiertamente con las medidas orientadas a reducir este combustible en la automoción.