Los hoteles de la región recuperan rentabilidad tras los ajustes estructurales, a pesar de una pérdida del 13% de su clientela

Mientras los resultados del turismo nacional se quedan tan sólo un 3% (viajeros) y un 4% (pernoctaciones) por debajo de los registros de hace dos años, el grueso de la caída se debe a la pérdida del turismo extranjero. En el último mes de verano visitaron nuestra Comunidad 20.650 viajeros de otros países, la mitad que dos años antes y las pernoctaciones cayeron desde las 76.000 de septiembre de 2019 a las 40.600 de este año.

El sector trata de recomponerse del castigo provocado por la pandemia, que ha dejado su huella en las empresas hoteleras: cierre de establecimientos, pérdida de plazas ofertadas y reducción de personal. Desde la perspectiva empresarial el ajuste provocado por la pandemia afecta al cierre de 64 establecimientos (casi el 9% de los 726 censados en 2019) la disminución de 2.458 plazas (-7,7%) y 510 puestos de trabajo (-17%).

La peor parte del ajuste se la lleva Ciudad Real, con 39 establecimientos menos, el 22% de los 177 que tenía hace dos años, con una pérdida de casi 1.500 plazas y 166 empleos (-23,1%). Mejor aguante han tenido los destinos turísticos tradicionales. En Cuenca, se produce una disminución del 6 % de sus 149 establecimientos de dos años antes. Nueve se han quedado en el camino, sin embargo, el sector aumenta el número de empleos: 17 más (3,6%), hasta los 490.

En Toledo, la disminución de hoteles respecto a septiembre de 2019 es del -5,1%. Esa pérdida de 9 de los 175 hoteles arrastra una caída de 296 camas (-3,3%) y de 147 empleos (-17,5%).

Los negocios de Albacete son los que mejor han resistido el embate de la crisis. Se mantienen abiertos los 125 hoteles de la provincia, pero con 144 empleados menos, lo que supone un descenso del -24,2%, el mayor registrado en la región, incluso por encima del de Ciudad Real afectada por un importante volumen de cierres de establecimientos. Las cifras indican que los ajustes laborales han permitido a las empresas mantener las puertas abiertas.

En Guadalajara el número de hoteles es de 102, siete menos (-6,4%) que dos años atrás. La reducción de oferta ha sido muy limitada. Las plazas disponibles han bajado en 88 (-2,1%). En materia de empleo en la comparativa con hace dos años, el sector pierde 71 empleos (-19,3%).

Los ajustes de la oferta de establecimientos y plazas permiten que la caída del grado de ocupación respecto a septiembre de 2019 sea de tan sólo dos puntos en todo el periodo y de menos de uno los fines de semana. La región cerró con un grado de ocupación del 34,4%, que se elevó al 48,1% los fines de semana. En el caso de Ciudad Real, esa tasa se mueve en valores positivos tras el duro ajuste de hoteles y plazas y la ocupación crece en 1 punto que llega a los 5 en los fines de semana. En Cuenca los aumentos respectivos son de 3 y 1 puntos hasta los 35,9% y 48,5%. Toledo aguanta los fines de semana con una ocupación próxima al 58%, aunque pierde 5 puntos en el conjunto de días.

Albacete, con el mismo número de hoteles, pero con 350 menos plazas en el mercado sufre la mayor pérdida de ocupación: 7 puntos en la diaria (se queda en 33,5%) y 8 (se queda en 44,5%) en la de fines de semana. Guadalajara es la provincia donde, a pesar de los ajustes, se produce la siguiente mayor caída de la ocupación -3 puntos diaria (se queda en 29 %) y -7 puntos los fines de semana (se queda en 37,1%).

La caída de la ocupación se vio compensada en parte por el alza de precios. Las tarifas de los hoteles de Castilla-La Mancha registraron una subida del 2,5% respecto a los índices de hace dos años. La rentabilidad por habitación ocupada fue de 59,6 euros (1,9 euros más que en septiembre de 2019) y de 24,8 euros medida en función de las habitaciones ofertadas (en este caso no registra variación respecto a 2019).