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LOS CENTROS COMERCIALES Y LOGÍSTICOS DE CLM EN LA MIRA DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN
(Foto: Web Parque Comercial Abadía)

LOS CENTROS COMERCIALES Y LOGÍSTICOS DE CLM EN LA MIRA DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN

lunes 10 de abril de 2017, 00:02h

El fondo Belga Ascencio abrió la cartera el pasado mes de noviembre y puso una cifra sobre la mesa del fondo británico Rockspring: 80 millones por el Parque Comercial La Abadía, la zona de venta minorista más grande de Castilla-La Mancha.

Con esa operación se destapaba una guerra soterrada que mantienen sociedades patrimonialistas y gestoras fondos de inversión por hacerse con el negocio de centros logísticos y de parques, centros y establecimientos comerciales en España. Todo ello al calor del crecimiento que experimenta el negocio de los alquileres en nuestro país. La batalla anticipa el encarecimiento de los alquileres y el de distribución y transporte. Una guerra que tiene como tablero el levante y la zona centro y sus zonas de influencia, lo que afecta de lleno a Castilla-La Mancha.

Finalmente, no fueron 80 millones, ni fue Ascencio el que se quedó con el parque comercial ubicado al norte de la capital de la Comunidad. El problema de fondo es que no había un único propietario. El promotor de la zona comercial, el grupo vasco Murias, segregó la propiedad y vendió años atrás 37.114 metros cuadrados de los 54.000 que tiene la superficie al fondo inversor británico Rockspring. La operación le permitía hacer caja para afrontar un nuevo proyecto en Melilla. Pero se reservó parte de la propiedad, el edificio de tiendas, donde se ubica la superficie comercial Alcampo. Además de que existen otros propietarios, como Mc Donalds o Muebles Abadía, que permanecen ajenos a los movimientos de compra-venta.

Ascencio se interesó por toda la superficie. Al final, se cruzó el grupo español Lar con 63,1 millones de euros recién conseguidos en una operación con BBVA e ING que le supuso captar 103,9 millones de euros, con los que pagar la operación de La Abadía y la adquisición de 22 euros de supermercados Eroski, lo que inyectaba liquidez a la empresa del grupo Mondragón.

Esa operación le supuso a Lar elevar su apalancamiento en un 20 por ciento. La compañía cuenta con una deuda de 558 millones, de los que 418 millones son préstamos bancarios y los otros 150 proceden de la emisión de un bono. El pasado año, la sociedad tuvo unos beneficios netos de 91,43 millones de euros, 88 millones más que en 2014, año en el que salió a cotizar en el mercado de valores.

La patrimonialista española, líder en el negocio en nuestra Comunidad, está participada en más de un 42% por sociedades de inversión norteamericanas e inglesas

La victoria de Lar en esta última batalla le ha elevado al primer puesto en la gestión comercial en Castilla-La Mancha. Lar mantiene como estratégicas las zonas centro y del levante español. En Castilla-La Mancha incluye en su portfolio los complejos logísticos Alovera I, II, III y IV, en Guadalajara, el centro comercial Albacenter y el hipermercado Eroski de Albacete. En total Lar tiene 17 zonas comerciales y cinco logísticas. Además posee cinco edificios de oficinas, en Madrid y Barcelona, y una única promoción residencial de lujo en el barrio de Salamanca, de 42 pisos, cuyo coste medio se sitúa en torno a los 11.000 euros el metro cuadrado. De hecho en diciembre vendió uno de esos pisos, de 800 metros cuadrados, por un precio cercano a los 13 millones de euros. Todos estos activos de la sociedad cotizada de inversión en el mercado inmobiliario (socimi), están valorados en 1.201 millones de euros.

Pero detrás de Lar figuran como accionistas de referencia dos gestoras estadounidenses de fondos de inversión: Pimco y Franklin Templeton Investments, que poseen entre ambas casi el 30 por ciento del capital de Lar. Además, hay otros fondos extranjeros como el británic Columbia Threadneedle, el norteamericano Blackrock, el japonés Daiwa Securites o el español Bestinver, propiedad del grupo Acciona.

Esta composición accionarial de la socimi española revela el fuerte interés de los inversores en lo que consideran un rentable yacimiento de negocio inmobiliario tras la crisis vivida con el desplome de la burbuja inmobiliaria. Su objetivo no es el mercado residencial. Han puesto los ojos en los grandes centros comerciales y en los logísticos. El área de influencia de Madrid y el de Levante ha situado a Castilla-La Mancha en el eje de la batalla por el control del negocio y ha hecho que los principales centros estén en la mira directa o indirecta de los fondos especulativos.

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