Según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), a lo largo del pasado año se consignaron en Castilla-La Mancha un total de 23.012 hipotecas, un 30% más que el año anterior y un 3,13% más que en 2019. De ellas, 16.678 fueron hipotecas formalizadas sobre viviendas, lo que supone un incremento del 33,8% con respecto a 2020 y del 14% con respecto a 2019.
Los datos sitúan a la región como la tercera del país con mayor incremento anual en el número de hipotecas sobre viviendas, por detrás de Cantabria (+47,3%), Murcia (+37,9%), mientras que la media nacional de incremento es del 23,6%.
En 2021 no sólo se disparó la firma de hipotecas sobre viviendas, sino que también lo hizo el importe suscrito a estos créditos. Si en 2019 la suma de los doce meses dejaba un saldo de 1.267,259 millones de euros en Castilla-La Mancha, en 2021 la cifra asciende a 1.638,623 millones, casi un 30% más. Si se compara con 2020, el aumento es de 45%.
El boom hipotecario vivido tras la pandemia se explica en el cambio de hábitos de los potenciales compradores durante los peores meses de la crisis. Personas que no contaban entre sus prioridades el cambio de vivienda antes del coronavirus cambiaron de parecer durante el confinamiento y los posteriores meses de restricciones, que obligaron a la ciudadanía a pasar más tiempo en sus hogares. La búsqueda de mejores viviendas y, sobre todo, de más espacio (jardines, terrazas, etc) fueron también una consecuencia de la cuarentena. Todo ello sumado a una mayor capacidad de ahorro, en general, de las familias, junto a unas condiciones crediticias favorables impulsadas por las entidades bancarias, han impulsado el mercado de la vivienda.
Según publica esta misma semana clm21.es, son muchas las capitales y provincias que han visto disminuir su stock de vivienda disponible en el último año, debido a que se compran casas a un ritmo mayor del que salen nuevos inmuebles al mercado. La mayoría de capitales de provincia españolas tiene ahora menos viviendas en venta de las que había antes de la pandemia. Entre 2019 y 2021, la reducción es del 40% en Teruel y supera el 30% en Santander (-35%), Pamplona (-32%), Zaragoza (-30%) y Cuenca (-30%). Les siguen los descensos de Salamanca (-27%), Melilla (-27%), Guadalajara (-26%) y Segovia (-25%).
De hecho, todas las capitales de Castilla-La Mancha muestran un fuerte descenso del stock de vivienda disponible en los últimos dos años, a excepción de Ciudad Real.
Si bien es cierto que en los últimos meses la tendencia al alza en sector hipotecario ha bajado de revoluciones, el mercado sigue creciendo en volumen de operaciones y todo apunta a que seguirá en auge en 2022.
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