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Es la hora de un gran acuerdo de país y de Unión
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(Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo)

Es la hora de un gran acuerdo de país y de Unión

Por CLM21
martes 08 de marzo de 2022, 11:07h

Podemos sigue con el susto en el cuerpo. De tanto tensar la cuerda lograron que se sujetara sólo de un hilo y tras su nueva frivolidad “contra los partidos de la guerra”, se vieron en la calle, sin sueldos de tantos liberados que conforman su estructura básica… Y tuvieron que echar marcha atrás. Oportunidad perdida para Pedro Sánchez.

Es la hora de grandes acuerdos nacionales. Hay que ver cómo se salvan los impactos de la guerra en la economía española y no se puede tener a unos “jode-jode” maestros del oportunismo en la toma de decisiones. Eso lo sabe hasta la vicepresidenta Yolanda Díaz o Ada Colau, que se desmarcaron de los aprendices de brujo.

No sólo es un acuerdo sobre rentas. El planteamiento que prima es el de un acuerdo económico y social que vaya mucho más allá del acuerdo de rentas. Se trata de implicar a todos los agentes sociales y políticos en las soluciones de país y de Unión Europea.

El primer acuerdo afecta a la electricidad, que es determinante en la inflación y si esta, lejos de atajarse, crece, el daño a la economía está servido. Por mucho que le duela al lobby eléctrico europeo, es el momento de cambiar el sistema de fijación de precios en el mercado. Un sistema en el que el precio del gas determina el precio final de toda la producción, a pesar de que la energía a partir del gas sea mínima en comparación con la que generan otras fuentes. Cuanto más se tarde, más sufrirán los ciudadanos y más sufrirá la industria y, por tanto, más se resentirá el crecimiento económico y el empleo.

Es hora de clarificar el mercado eléctrico y de establecer una regulación clara, transparente, con unos precios ligados a los costes de producción y transporte de cada una de las fuentes energéticas. Es hora de iniciar de forma decidida el abandono de la dependencia del gas y del petróleo. Es hora de acelerar la transición energética y en ese periodo transitorio, España debe convertirse en almacén del gas para Europa. Lo que supone interconectar las plantas españolas con el sistema europeo.

Es hora de potenciar el autoconsumo sin que este esté ligado a las grandes compañías, mediante el sistema de volcado y retorno, algo que favorece a sectores productivos y a los ciudadanos, al tiempo que permite avanzar en el proceso de transición

Es hora de plantearse con carácter transitorio algunas medidas descartadas en los planes estratégicos, como el cierre de las nucleares o la reformulación de los mercados de CO2.

Hay cuestiones que incumben al propio gobierno, que debe replantearse su política presupuestaria. Los cálculos de ingresos y gastos para el año se hacen en función de un escenario, lo que se conoce como el marco presupuestario. Y el escenario previsto para 2022 ha saltado por los aires con la invasión de Ucrania y sus consecuencias.

El gobierno, que estaba decidido a proponer una subida fiscal generalizada a las clases medias y bajas de este país mediante una reforma planteada por un grupo de personas afines con experiencia fiscal, ya ha tenido que aparcar esa reforma. Y debería pensar en abandonarla, porque el escenario a medio y largo plazo la anula definitivamente.

El gobierno debe buscar la eficacia del gasto, la gestión eficiente para que el dinero que viene de Europa no se quede sin gastar como ha sucedido, algo que pone en tela de juicio los planteamientos de mayor presión fiscal porque hacen falta más ingresos. ¿A cuento de qué si el dinero que hay ya encima de la mesa no se gasta? Es la hora de priorizar el gasto y de quitarle michelines al presupuesto.

Y finalmente, España debe redefinir su estrategia de seguridad nacional en el marco de la Unión Europea y de la OTAN. Esta guerra enseña mucho sobre potenciales amenazas.

Y desde la política hay que aliarse contra aquellos que torpedeen la salida de esta crisis mediante oportunismos baratos. Es hora de la política con mayúsculas. La situación va a examinar a los líderes, a todos, pero especialmente a los de los grandes partidos nacionales.

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