Certificar la huella de agua significa conocer qué volumen de agua se necesita para la fabricación de un producto, la prestación de un servicio o la realización de una actividad y el impacto ambiental directo e indirecto sobre el agua. Con esta certificación y ese conocimiento, Incarlopsa puede hacer una gestión más eficiente y responsable de sus recursos hídricos.
“Con motivo de la próxima celebración del Día Mundial del Agua, nos llena de orgullo anunciar que hemos certificado la huella hídrica de nuestras instalaciones, en línea con nuestro firme compromiso medioambiental. Un esfuerzo que hemos venido desarrollando durante los últimos años y que también se ha concretado con la certificación por tercer año consecutivo de nuestra huella de carbono. Entre nuestras prioridades siempre ha figurado hacer una gestión responsable de los recursos naturales, pero, en un momento en el que predomina la ausencia de precipitaciones, ahora es todavía más importante”, explica Monserrat García, responsable del área de Calidad, I+D+i y Medioambiente de Incarlopsa.
Incarlopsa también avanza en su compromiso con el bienestar animal
En 2021, Incarlopsa también ha seguido reforzando su compromiso con el bienestar animal. A la instalación de sistemas de videovigilancia en su matadero de Tarancón para tener controlado al animal mientras que está vivo antes incluso de que sea obligatorio por ley, hay que añadir la certificación del secadero de Corral de Almaguer, la planta de loncheado de Tarancón y la fábrica de embutido ibérico de Guijuelo conforme al Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad, Interporc Animal Welfare Spain (IAWS).
Además, en 2021, el secadero de Corral de Almaguer también ha sido certificado para la producción de jamón libre de antibióticos e Incarlopsa ha renovado las certificaciones que ya tenían las diferentes plantas de producción en materia de medioambiente, calidad y seguridad alimentaria.