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El Debate del Estado de la Nación, contra el voto moderado y con más carga política que de soluciones económicas
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(Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)

El Debate del Estado de la Nación, contra el voto moderado y con más carga política que de soluciones económicas

Por CLM21
jueves 14 de julio de 2022, 15:21h

Acierta el presidente de Castilla-La Mancha en su análisis de que “tras el Debate sobre el estado de la Nación, los grandes acuerdos entre PSOE y PP están más lejos” y valorar ese escenario como la parte negativa: “no desterramos el frentismo y eso lleva a un enfrentamiento patológico”. Y es que el presidente Sánchez habló para el electorado más a la izquierda, no para todos los españoles, en un error que le puede permitir o no completar la legislatura, pero que le aleja de obtener apoyos de los ciudadanos más moderados para su reelección.

Confía en que esas medidas puedan movilizar a una parte del electorado de todas las formaciones de izquierda. En España las elecciones las deciden los moderados, y en ese grupo hay casi 4,5 millones que no han tenido inconveniente en votar al PSOE en unas ocasiones, al PP en otras y a Ciudadanos allá por 2019. El presidente Sánchez se ha alejado de los moderados para garantizarse el apoyo del bloque de investidura. Ha adoptado unas medidas -dijo- “en defensa de las clases medias y trabajadoras”, aunque en realidad, las medidas fiscales que propuso terminarán recayendo sobre la clase media, que pagarán buena parte de esas medidas. Otro error, porque en las grandes ciudades de provincias la mayor parte de ese voto moderado es de personas de clase media.

Vayamos por partes. El gobierno va a imponer un impuesto a los bancos, dice que para gravar los beneficios que está empezando a obtener con la subida del Euribor. Es loable la intención de que paguen más los que más se benefician. Pero no estamos en la sociedad industrial de finales del siglo XIX o principios del XX. Estamos en una sociedad donde gran parte de la riqueza la mueven las finanzas a costa de los sectores productivos. Cuando cayó el Euribor, los bancos buscaron ingresos subiendo las comisiones por sus servicios. El nuevo gravamen del gobierno a los bancos va a terminar transformándose en más incrementos de comisiones, por tener una cuenta, por los movimientos de las mismas, por el descuento, por las líneas de crédito, por el uso de los cajeros automáticos, por… todo. Y esas comisiones las pagarán las pequeñas y medianas empresas, los autónomos y las familias.

Otro tanto sucederá con el impuesto a las eléctricas, las compañías más poderosas del escenario económico europeo. Y cuando se dé esa situación se producirá un efecto en cadena, en el que las empresas terminarán incorporando la subidas de sus costes financieros y energéticos al precio final de los productos, lo que se traducirá en una subida de los precios, es decir en más inflación, que recaerá sobre todo en aquellas clases medias que aún mantengan capacidad de ahorro y de pago y que generará en los grupos en escalones más inferiores mayores tasas de vulnerabilidad, lo que requerirá ampliar a esos nuevos vulnerables las medidas de protección.

Nadie duda de que el presidente Sánchez quiera proteger a los más vulnerables. Tampoco que cuando adopta las medidas no haya una intención de combatir la inflación y la crisis. Pero las recetas que ha empleado en principio no combaten la inflación, sino que le dan alas. Por no decir la reacción de esos “poderosos” a los que tanto ha criticado. ¿Van a seguir las compañías eléctricas con su plan de inversiones en modernización y en la transformación hacia las energías verdes? ¿Van los bancos a abrir la mano del crédito en un momento de borrascas sobre la economía? ¿van a seguir adquiriendo deuda pública española o se van a retirar del mercado dificultando la financiación del Estado? ¿Van a propiciar el pacto de rentas que todos ven como necesario para combatir la inflación? Los inversores extranjeros que buscan la rentabilidad de su dinero ¿lo van a destinar a esas empresas a otras o se lo van a llevar a otros países donde obtengan más rentabilidad y exista mayor seguridad jurídica?

Los precios de las materias primas, que se dispararon inicialmente por una reactivación de la producción al mismo tiempo por todos los países al iniciarse la vuelta a la normalidad y que se agudizaron por la invasión de Ucrania comienzan a bajar, aunque los precios no alcanzan los niveles de 2019. Ya se empieza a notar la recesión, con una caída de la demanda. Eso era una buena noticia. Pero si ahora se acompaña esa bajada con subidas de costes energéticos y financieros y se suma un escenario de conflictividad laboral o de subida de costes laborales, la ecuación se complica.

Lo del abono transporte, un acierto. No sólo porque será un alivio para las familias. También porque reducirá el uso de vehículos privados y caerá el consumo de combustibles. Lo de los 100 euros a los universitarios, suena más a una cuestión electoral que a una cuestión de combatir la inflación. Recuerda al cheque de 400 euros para los que cumplieran 18 años en 2022. Una medida que entró se publicó en el BOE el 23 marzo de 2022, coincidiendo con la escalada de la crisis, lo que llevó al gobierno a no hacer alarde de ella y no la promocionó públicamente. Hay que tener en cuenta que seis días después, el 29, el gobierno anunciaba su primer paquete para luchar contra la inflación.

Lo del cheque de 200 euros para los más vulnerables, es una media que a la hora de la verdad destaca por las grandes letras del titular, pero que, por sus propias limitaciones, tiene un núcleo muy pequeño de beneficiarios, por más que el gobierno lo elevara a 2,7 millones de personas cuando lo aprobó en Consejo de Ministros.

En realidad ¿qué se dijo en el discurso de medidas para bajar los precios de combustibles, energía, alimentos o hipotecas? El gobierno respondió más a la política que a la economía. El primer paquete de medidas el adoptado el 29 de marzo para luchar contra la inflación consumió 16.000 millones de euros y la inflación, lejos de rebajarse, se disparó. La prórroga y ampliación de ese paquete en otros 9.000 millones lleva poco en rodaje, pero los indicadores apuntan a que se mantiene la escalada de los precios. El tercer paquete es el anunciado en el Debate sobre el Estado de la Nación.

Salieron contentos los partidos de la extrema izquierda, algo que reconfortó al presidente, pero que preocupa y mucho entre los barones socialistas que pisan la calle a diario. Hubiera sido bueno que antes de haber adoptado ese nuevo paquete, Sánchez se hubiera reunido con ellos para escucharlos. Hay un grupo de esos barones que se sienten muy incómodos y contrariados no ya con las medidas económicas, también con algunas políticas, en las que el presidente se apoya en las formaciones independentistas, especialmente en Bildu. El presidente alimenta el discurso del frentismo, de izquierdas-derechas. Lleva razón García-Page” eso lleva a un enfrentamiento patológico”. Y España necesita de grandes acuerdos. Los enfrentamientos patológicos, en España nunca han terminado bien.

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