Entre enero y marzo la morosidad empresarial en España aumentó en 3 puntos respecto del trimestre anterior y en 3,9 puntos porcentuales en términos interanuales, según el Indicador Sintético CEPYME de Morosidad Empresarial (ISME), que se creó en 2010 para medir la evolución de la morosidad a través del Periodo Medio de Pago. Este incremento es resultado tanto del aumento de las facturas con retraso de pago como de la ampliación de los períodos de pago.
De esta forma, el periodo medio de pago del conjunto del país se elevó en el primer trimestre hasta una media de 83,9 días, frente a los 81,4 días del trimestre anterior y los 82,6 días del primer trimestre de 2021.
En este contexto, Murcia ha sido la comunidad autónoma con el mayor periodo medio de pago, un total de 96 días, casi tres más que en el trimestre anterior pero 0,5 días menos que un año antes.
Las comunidades autónomas que registraron un mayor incremento interanual de la morosidad empresarial fueron Aragón (+7,2 días), Castilla y León (+6,6 días) y Canarias (+4,6 días).
Castilla-La Mancha, por su parte, registra un PMP de 73,6 días, cifra un 3,2% inferior a la registrada en el mismo periodo de 2021, lo que da muestra de una mayor agilidad de pagos entre las mercantiles de la región.
Construcción y textil, los sectores con más retrasos en los pagos
El informe de CEPYME señala también que los sectores de construcción y promoción, así como la industria textil han vuelto a situarse como los dos sectores con mayores retrasos en los pagos, mientras que los sectores de distribución alimenticia y madera y mueble han reafirmado su posición como actividades con menores retrasos en el pago.
La morosidad, un problema de 350.000 millones
Además de suponer un inconveniente en las cuentas de resultados de las empresas españolas, la morosidad empresarial genera también un coste de oportunidad financiero para las mismas, en tanto que la demora en el pago de las facturas merma la posibilidad de las empresas de obtener un retorno en el mercado, en forma de interés a los acreedores
de la deuda comercial. En este sentido, los datos del primer trimestre de 2022 reflejan un crecimiento interanual del 41,9% del importe de la deuda comercial con retraso en pago, alcanzado un valor de casi 350.000 millones de euros.
De esta manera, considerando un tipo de interés del 8%, se estima que los intereses de demora exigibles por retraso en pago han alcanzado los 1.831 millones de euros.