En valores absolutos, las Comunidades Autónomas presentaban un superávit de 1.274 millones de euros. Castilla-La Mancha alcanzó en cambio un déficit de 173 millones de euros.
Además, a falta de un mes para que concluyera el año, la Junta de Comunidades incumplía otro de los requisitos fiscales de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera, el de la regla de gasto. Según esta regla, las regiones españolas no podían incrementar su gasto computable en más del 2,1%. Sin embargo, Castilla-La Mancha había alcanzado en noviembre el 2,5%. La media autonómica se quedó en el 1,8%.
En concreto había alcanzado los 5.076 millones en las partidas que computan en este criterio fiscal, aumentando en 122 millones de euros respecto a 2016. Las partidas que se tienen en cuenta para esta regla de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera, son los de los empleos no financieros, los intereses, los gastos financiados por la Unión y por otras administraciones públicas, las transferencias al Estado y a las Corporaciones locales.
En cuanto al déficit de la Junta, este se produjo al haber gastado hasta noviembre 5.861 millones de euros, frente a unos ingresos obtenidos de 5.688 millones de euros. La gráfica de la evolución mensual del déficit durante 2017 es similar a la que la Junta mantuvo en 2016, año que incumplió el objetivo de déficit al desviarse 1,2 décimas del 0,7% máximo.