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El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en un Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha.
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El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en un Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha. (Foto: Ignacio López // JCCM)

El Gobierno regional aumenta el gasto en derivaciones a clínicas privadas un 1.475% en el primer cuatrimestre

miércoles 16 de mayo de 2018, 21:07h
Si en el primer cuatrimestre de 2016 el ejecutivo regional se mantenía fiel a su compromiso de reducir las derivaciones sanitarias paulatinamente hasta conseguir hacerlas desaparecer, y mantenerlas sólo como colchón ante circunstancias coyunturales que se pudieran dar en la pública (como averías de aparatos), dos años después los datos oficiales revelan que lejos de acabar con el recurso a la sanidad privada, el gobierno del presidente García-Page ha disparado el gasto, incluso para la realización de determinadas pruebas diagnósticas que son más que factibles en la sanidad pública tras la renovación y modernización de los equipos tecnológicos.

A finales del primer cuatrimestre, el gobierno regional había incrementado el gasto en derivaciones sanitarias a clínicas privadas en un 1.475% (mil cuatrocientos setenta y cinco por ciento) respecto al mismo periodo de su primer año de legislatura. Si en el primer cuatrimestre de 2016, el ejecutivo del presidente García-Page había comprometido con centros privados actuaciones por 1,9 millones de euros, en el mismo periodo de 2018 la cifra era de 29,99 millones de euros, cuantía que supera la registrada en abril de 2017, cuando se alcanzaron los 26,19 millones de euros.

En 2016 el gasto en el primer cuatrimestre en hospitalización, operaciones, pruebas o tratamientos por empresas privadas alcanzó 1,9 millones de euros y en 2018 es de 29,99 millones

La cifra de 2018 representa un incremento del 14,5% respecto a 2017, año que cerró con una desviación del 22,4% en el presupuesto aprobado inicialmente para conciertos. De los 234.000 euros gastados en operaciones en clínicas privadas en el primer cuatrimestre de 2016 se ha pasado a los 12 millones de euros en 2018, de los 200.000 euros en pruebas diagnósticas se ha pasado a los 2,59 millones de euros.

Así, a pesar de los innumerables anuncios sobre compras de equipos de diagnosis de alta tecnología, los documentos oficiales del propio gobierno revelan por ejemplo que en el primer cuatrimestre de este año, el gobierno había comprometido con la sanidad privada 712.676 euros para la realización de tomografías, 1.011.064,07 euros en resonancias magnéticas, 249.404,98 euros en pruebas de medicina nuclear y 118.012,50 euros en radiologías especiales. Dos años antes las cifras eran sustancialmente menores y en algunos casos testimoniales: En tomografías el gasto era de 3.190 euros (se ha incrementado un 22.240,94%), en resonancias magnéticas de 123.864,97 euros (se ha incrementado un 716,26%), en medicina nuclear de 37.433,19 euros (se ha incrementado un 566,27%) en radiologías especiales 4.180 euros (se ha incrementado un 2.723,27%).

En pruebas de ultrasonidos el gobierno había incrementado el gasto en la sanidad privada en un 1.269,19% hasta alcanzar los 303.878,71 euros gastados de enero a abril de 2018, frente a los 22.194 euros en el mismo periodo de 2016.

De los 234.000 euros gastados en operaciones en clínicas privadas, se ha pasado a los 12 millones de euros

El gobierno incluso ha incluido en su plan concertado con las privadas algunas actuaciones que no derivaba en 2016, como las endoscopias, la fecundación in vitro, la foniatría, o las litotricias extracorpóreas.

Esos desorbitados incrementos porcentuales no sólo se producen en las pruebas diagnósticas. El dinero para realizar cirugía cardiaca en clínicas privadas ha aumentado un 11.417,54%, desde los 42.135,5 euros hasta los 4.852.974,2 euros. Y si para el resto de cirugía general en el primer cuatrimestre de 2016 se gastó 234.074,78 euros, dos años después la cifra sobrepasaba los 7 millones.

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