El frenazo del crecimiento se produjo en un entorno en el que la economía regional creció un 3%, dos décimas menos que en 2016, cuando creció un 3,2%. La desaceleración de la economía nacional es más suave, tras haber registrado en 2015 un crecimiento del 3,6%
El dato definitivo del PIB marca una desaceleración de la economía regional, un crecimiento inferior respecto al conjunto de España, donde el Producto Interior Bruto se incrementó un 3% y en igual porcentaje que la Unión Europea a 28. Nuestra región ocupa el puesto número 13 junto a Baleares en cuanto a mejora de su economía el pasado año. Sólo crecieron menos Extremadura (2,1%), Castilla y León (1,7%) y La Rioja (1,5%), además de las ciudades de Ceuta (1,6%) y Melilla (1,8%). El crecimiento económico lo lideraron Asturias (3,8%), Cantabria (3,4%) y Aragón (3,4%). El eje de crecimiento fundamentalmente fue el del norte de España
Esta evolución dejó el PIB por habitante en Castilla-La Mancha en 19.819 euros, el tercero más bajo de una Comunidad Autónoma, muy alejado de los 25.065 euros de la media nacional, o de los 33.824 de Madrid, la que tiene el mayor PIB per cápita.
En cuanto a la renta disponible, que se calcula al restar los impuestos directos y cotizaciones a la renta per cápita, esta se situó en Castilla-La Mancha en 12.401 euros por habitante. Sólo los habitantes de tres Comunidades (Murcia, Andalucía y Extremadura) tienen una renta disponible más baja que los castellano-manchegos. La media nacional se situó en 14.781 euros. Los españoles con mayor renta disponible fueron los ascos, con una media de 19.195 euros.