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Agricultores y comerciantes sacan a CLM de la crisis abierta por el ladrillo y las finanzas
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Agricultores y comerciantes sacan a CLM de la crisis abierta por el ladrillo y las finanzas

  • Diez años después del estallido de la burbuja, el peso de la construcción dentro de la actividad económica regional ha caído a la mitad y el de las finanzas un 25%.
  • La agricultura aporta 3.308 millones de euros más (37,2%) a la riqueza regional que hace una década

miércoles 26 de diciembre de 2018, 21:03h
Durante el primer semestre de este año Castilla-La Mancha ha vuelto a los niveles de riqueza previos a la crisis y ya ha superado el máximo histórico de 40.389 millones de euros que alcanzó el PIB en 2008. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística confirman esta situación que fue avanzada por clm21.es a principios de año. Pero, diez años después, el modelo económico de nuestra Comunidad presenta claras diferencias con el de hace una década: pesan más la agricultura y el comercio y menos el ladrillo y el sector financiero.
En 2017 nuestra Comunidad se había quedado en puertas de recuperar el terreno perdido al llegar a los 40.299 millones de Producto Interior Bruto -último dato actualizado del Instituto Nacional de Estadística- El cambio en las políticas económicas con el nuevo gobierno regional se dejó sentir en los sectores productivos y la economía inició un proceso de desaceleración que ha hecho que la recuperación haya tardado unos meses más y que se haya producido casi año y medio después del resto de España.

Cuando estalló la crisis, Castilla-La Mancha era líder en subsectores que alimentaban la construcción, como el de tejas y ladrillos o el de puertas. La construcción aportaba 5.286 millones al PIB regional, el 13,1% del total de la riqueza regional. Hoy ese sector aporta 2.684 millones y su peso en la estructura económica es del 6,7%, prácticamente la mitad del que tenía hace una década. Es el sector económico que más ha caído. Pero no ha sido el único. La crisis inmobiliaria arrastró al sector financiero, que a día de hoy sigue sin alcanzar los niveles de generación económica que tenía por aquel entonces. Su aportación al PIB regional (1.245 millones) es 419 millones menos que hace una década, un 25% menos que en 2018. La industria manufacturera tampoco termina de recuperarse y aporta a la riqueza regional un 1,7% menos que hace una década, son 104 millones de euros menos.

Los huecos a la baja de estos sectores los han ido tapando otros más dinámicos. La agricultura ha sido uno de los grandes motores de la recuperación. Hoy genera un 37% de riqueza más que hace diez años.

La crisis ha hecho que además de a la agricultura, la economía regional haya virado hacia los servicios. Y dentro de este sector las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento y la reparación de artículos de uso doméstico y otros servicios han sido los de mayor dinamismo en su crecimiento: su aportación a la riqueza regional ha crecido en estos 10 años un del 11,6%. El comercio también ha crecido con fuerza, un 5,8%. En este subsector se incluye no sólo las tiendas, también los establecimientos hosteleros, los talleres de reparación de vehículos y el transporte.

Diez años después de la crisis inmobiliaria y financiera, la estructura de la actividad económica se ha modificado sustancialmente. La agricultura aporta hoy el 8,2% a la riqueza regional, en 2018 era el 6%. El sector industrial aporta el 20%, siete décimas más que hace una décadas. La construcción tiene un peso del 6,7%, lejos de ese 13,1 de 1008 y los servicios representan 2,2 puntos más que en 2018 y suponen el 55,8% de la actividad económica de la región. Los impuestos sobre los productos suman otro 9,3 puntos más al valor añadido bruto (1,2 puntos más que hace una década) hasta completar el PIB.
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