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Castilla-La Mancha, en lucha para de salir del universo zombi
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Castilla-La Mancha, en lucha para de salir del universo zombi

  • En 2019 tendrá que destinar parte de sus ingresos ordinarios a cubrir el coste de los intereses de su endeudamiento
  • La desaceleración económica y el aumento de los tipos de interés, principales amenazas para las finanzas regionales

miércoles 30 de enero de 2019, 22:34h
Los analistas económicos vienen advirtiendo desde hace meses que uno de los riesgos de economía española está en el endeudamiento encadenado. En el sector privado avisan sobre lo que se conoce como “compañías zombis”. El término se acuñó en Estados Unidos para definir a aquellas empresas que generan poco negocio o que tiene problemas para cobrar sus ventas, que por tanto carecen de liquidez y se sostienen gracias a un elevado endeudamiento conseguido cuando los tipos de interés estaban muy bajos. Un endeudamiento que van refinanciando y que les sirven para pagar los gastos generales y sostenerse. El riesgo que ven los analistas es la subida de tipos que ya llama a las puertas y que puede terminar por enterrar definitivamente a estas empresas a las que consideran muertos vivientes, ocasionando problemas al conjunto de la economía.
Así las cosas, los analistas advierten también sobre una situación parecida de las administraciones públicas, que crecen en gasto y que se ven obligadas a refinanciar deuda y a ampliarla para cubrir el déficit en el que incurren cada año, en una situación de menor crecimiento de la economía.

Las administraciones públicas tienen que conseguir que los ingresos de cada año les permitan cubrir los gastos de funcionamiento y de los servicios públicos (equilibrio primario) y hacer frente a los intereses (equilibrio fiscal), es decir, que la diferencia entre ingresos y gastos anuales sea de superávit y les permitan pagar los intereses. Esa sería una de las medidas para determinar su salud y la sostenibilidad del gasto en servicios públicos. La previsión es que las Comunidades Autónomas cumplan ese objetivo el año que viene, cuando ya no puedan incurrir en déficit público.

Dentro de los frentes abiertos en materia de cuentas públicas, Castilla-La Mancha libra su particular batalla financiera con la que trata de salir de ese “universo zombi”. La elevada deuda pública acumulada desde 2008 ha ido provocando la continua refinanciación de los créditos,. Además la debilidad de los ingresos provocaba un desequilibrio financiero entre ingresos y gastos que se ha ido supliendo con mayor endeudamiento, con lo que se han ido incrementando los gastos financieros.

Los datos de la contabilidad nacional de noviembre apuntan a que por primera vez se habría conseguido el equilibrio en el saldo primario (el que no tiene en cuenta el pago del coste de la deuda), con unos gastos acumulados de 6.023 millones de euros y unos ingresos de 6.022 millones. Habrá que esperar hasta marzo para conocer los resultados del cierre del ejercicio de 2018 y saber si la Comunidad sigue en el grupo de regiones zombis o lo ha abandonado.

Estos datos son importantes para dar a conocer la situación financiera de la Comunidad, en medio de las previsiones de los analistas que advierten de la necesidad de ganar en liquidez para poder hacer frente a un escenario económico futuro menos favorable.

Hasta noviembre de 2018, Castilla-la Mancha se mantenía en el universo zombi. A pesar de los esfuerzos realizados, 2015 terminó con un déficit primario de 282 millones de euros. En 2016 el ese déficit era en términos de contabilidad nacional de 130 millones de euros. En 2017 esa diferencia se movió en el entorno de los 73 millones de euros. A finales de noviembre de 2018, el dato de saldo primario era de equilibrio.

El problema es que la elevada pública genera unos gastos en intereses cada vez mayores y la Comunidad tiene que hacer un mayor esfuerzo para conseguir el equilibrio fiscal. En 2015 el coste de los intereses de la deuda fue de 130 millones de euros, en 2016 ascendió a 188 millones de euros, en 2017 a 201 y en noviembre de 2018 alcanzaban ya los 170 millones.

Esos intereses hicieron que en 2015 el déficit fiscal de Castilla-La Mancha llegara a 412 millones de euros, en 2016 a 318, en 2017 a 284 y hasta noviembre de 2018 a 171 millones de euros. El límite para 2018 estaba establecido en los 167 millones de euros, es decir que en el mes de diciembre tendría que haber rebajado en cuatro millones el déficit fiscal, lo que, de haberse conseguido supondría alcanzar el superávit primario por primera vez desde el estallido de la crisis. En 2019, la Comunidad no podrá rebasar un déficit fiscal de 44 millones de euros, lo que quiere decir que tendrá que destinar parte de sus ingresos corrientes a pagar los intereses de la deuda en lugar de hacerlo a los servicios públicos.

La reducción experimentada en los últimos años tanto del déficit primario como del déficit fiscal ha sido posible gracias a una mayor recaudación fiscal en los años precedentes por la mejora de la economía, lo que ha dado un respiro a las finanzas regionales tanto a través de las entregas a cuenta que le hace el Estado como de las liquidaciones de esas entregas a cuenta de los ejercicios anteriores. Pero no han terminado de desterrar los problemas de liquidez y de poder llevar a cabo la adecuada recuperación de los servicios públicos

Precisamente el año pasado, en enero las finanzas regionales ya dieron una señal de alarma sobre el riesgo en el que están cuando la falta de liquidez impidió al gobierno hacer frente a tres vencimientos de crédito. La cosa no fue a mayores porque el prestamista era el Estado y la situación era excepcional. En un marco de mayores dificultades y más ordinarias, se hubiese podido producir un problema para hacer frente al pago de las nóminas.

El escenario a futuro viene marcado por una desaceleración de la economía, lo que se va a traducir en una reducción de la evolución de los ingresos de las administraciones públicas. En paralelo, las decisiones adoptadas en estos últimos cuatro años sobre recuperación de los servicios públicos llevan aparejadas un incremento del gasto. El tercer factor en el escenario es un incremento de los gastos financieros por dos razones: incremento de deuda y aumento de los tipos de interés. En el caso de Castilla-La Mancha ese riesgo es mayor dado su elevado endeudamiento. La cuarta derivada es la del impacto de algunas medidas fiscales previstas por el gobierno central en sus presupuestos, por un lado, y la repercusión en la economía del país de esos presupuestos. Es un escenario que presenta peores perspectivas que el que tienen las empresas privadas zombi, porque se ha producido un incremento de los gastos ordinarios.

Para que las finanzas regionales pudieran salir de la atracción del universo zombi, debería garantizarse la liquidez de la Comunidad y dada la dependencia que tiene la Región del gobierno central, tanto para su financiación ordinaria (ingresos corrientes) como extraordinaria (deuda) sería preciso y urgente abordar un nuevo sistema de financiación y una negociación sobre el futuro de la deuda contraída. En estos términos se están llevando a cabo los encuentros entre el gobierno central y Cataluña, mientras se ha aparcado, la negociación y la aprobación del modelo de financiación para el resto de las Comunidades del régimen común.
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