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GUADALUPE MARTÍN, UNA CANDIDATA CON ADN SOCIAL
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GUADALUPE MARTÍN, UNA CANDIDATA CON ADN SOCIAL

lunes 20 de junio de 2016, 11:27h

A veces, cuando habla da la impresión de que en vez de ser médica debería haber postulado en la orden de la madre Teresa de Calcuta. A Guadalupe Martín le puede la pobreza, la explotación humana y la injusticia. A medida que avanza la conversación, los que la escuchan perciben que su compromiso con los más débiles no es una cuestión de partido, del suyo, del PSOE, por el que encabeza la candidatura al Congreso por la provincia de Toledo o de programa electoral. Lo lleva en el ADN, una cadena genética en la que se también se mezcla y prevalece su alto sentido cívico.

No es una política al uso. A poco que se la provoque le sale la vena social y se subleva ante las penurias humanas. No es una impostura. Tal vez por eso detesta “la sobreactuación de Pablo Iglesias”, el candidato de Podemos, al que ve interpretando un papel para hacerse con el poder, o la “frialdad sin alma de las palabras de Rajoy cuando habla de la salida de la crisis y la generación de empleo”, y “el silencio de Rivera sobre temas sociales”. Su programa social no está escrito en un folleto. Lo lleva en la sangre. Cuando habla de estos temas, de la sanidad, de la educación, de los parados, de los dependientes… se le enciende la mirada, acelera el ritmo de sus palabras y mezcla pasión e indignación. Ella rebasa a su propio partido.

Reniega de la componenda con el poder económico, con las puertas giratorias, con la prepotencia de algunas compañías, especialmente las eléctricas, a las que no entiende mucho pero de las que remarca su papel de concesionarias administrativas. También de las entidades financieras que estuvieron al borde de la quiebra y que tuvimos que rescatar los españoles “a costa –dice- de recortar servicios públicos básicos y esenciales”.

“Hay que garantizar unos servicios públicos para todos los españoles de calidad e iguales en todos los territorios, en materia sanitaria, educativa, de dependencia”

A sus 55 años, cumplirá 56 el 5 de agosto, a esta mujer, madre de dos hijas (21 y 25 años) y natural de Mejorada (Toledo) le indignan sobremanera las trampas fiscales, las legales y las ilegales, la elusión fiscal y la evasión fiscal: “No podemos pretender tener unos servicios públicos de primera si no existe una contribución fiscal equilibrada, justa y sin trampas. Es una cuestión de conciencia personal y para la forja de esa conciencia eran importantes las enseñanzas de educación para la ciudadanía”. Por ello, cuando los entrevistadores le recuerdan que desde la reforma fiscal que hizo Francisco Fernández Ordóñez, en España han cambiado mucho las cosas, replica con la necesidad de hacer una “reforma fiscal progresiva y justa y de generar una conciencia cívica: “No entiendo que se puedan poner anuncios con el lema de “el día sin IVA”. Se puede hablar de unas rebajas del 21 %, pero no trasladar a la gente que no pagar el IVA es un beneficio. Cuando dejamos de pagar el IVA en una factura estamos perjudicando a los servicios públicos de todos”

Reclama la socialdemocracia, perdida años atrás con el ascenso social y económico de forma global. La considera esencial en la situación de crisis: “Si algo ha evidenciado la crisis económica y las políticas seguidas en los últimos cuatro años es la necesidad de las políticas sociales. Hay que garantizar unos servicios públicos para todos los españoles de calidad e iguales en todos los territorios, en materia sanitaria, educativa, de dependencia, de cobertura social. Para ello se requiere un cambio radical de políticas. Ese cambio radical tiene que ser con formas moderadas”. La puntualización la hace para marcar la diferencia con Podemos, al que recuerda su médula anticapitalista y antisistema. Guadalupe Martín reclama “un cambio tranquilo, posibilista y efectivo, alejado de las políticas del miedo y de la demagogia. Es lo que representa el PSOE. Es el partido que puede llevar a cabo los mayores cambios necesarios y hacerlo desde la experiencia, la capacidad y la responsabilidad. Somos los que podemos promover grandes cambios y hacerlo sin necesidad de ser estridentes”.

No se refugia en las cifras, aunque tiene claras unas cuantas, las que considera importantes, como ese 9% del PIB (riqueza nacional) al que se debería llegar en gasto sanitario: “Una sanidad pública y gratuita en todos los escalones. Bueno gratuita no lo es, porque ya la pagamos con los impuestos, de lo que se trata es de no tener que volver a pagar por algo que ya has pagado”.

“Es necesario un cambio tranquilo, posibilista y efectivo, alejado de las políticas del miedo y de la demagogia”

Si pública la sanidad y la educación, ¿pública la banca rescatada? Y dice algo que en el establishment institucional se considera políticamente poco correcto, pero que refleja su ADN: “No estoy de acuerdo en el dineral que se le ha metido a la banca privada. Hemos salvado algunas entidades financieras y la imagen de los bancos con fuertes sumas de dinero público que hemos pagado todos los españoles con recorte en los servicios públicos. Algunas de las quiebras lo han sido por grandes engaños y grandes robos. No comparto que los responsables de esta situación no hayan pagado, que no hayan respondido ante la justicia. Hay que recuperar el dinero público, no se puede regalar la participación del Estado que tanto sacrificio ha costado. Hay que tener líneas de banca pública que refuercen la ayuda a las pymes, como el ICO”.

Aunque no rehúye los temas económicos, vuelve a derivar la charla hacia los temas sociales. El rescate bancario le da pie para hablar de los parados que se han quedado sin prestación, de las familias con vida en precariedad económica o en la pobreza y habla del empleo: “Hace falta una reforma de la Seguridad Social. Por cierto que no puede ser que el Gobierno cada vez que tiene una necesidad extraordinaria eche mano de la hucha de las pensiones, que Zapatero la dejó en 76.000 millones de euros y hoy está a menos de la mitad”. Tras el paréntesis de crítica a Rajoy, trata de explicar esa reforma: “No se puede generar un empleo con tarifas planas que bajan las pensiones futuras. No se puede fomentar la falsa jornada parcial, ni los falsos autónomos.”

La candidata admite que existe un amplio abanico de ayudas a la generación de empleo y que muchas de ellas repercuten en la Seguridad Social: “Es necesario un nuevo Pacto de Toledo, que garantice las pensiones futura y que a su vez fomente las contrataciones en la actualidad. Ese pacto debe regular todos esos fondos públicos que se están empleando para garantizar la vida digna a todos aquellos que no tienen ingresos, y sobre todo a aquellos que tienen menores a su cargo. ¿Qué pensión le va a quedar a algunos de nuestros jóvenes que, con 30 años o más todavía no han tenido un contrato decente, una cotización en condiciones? ¿Cuántas empleadas del hogar están trabajando sin que se cotice por ellas?

Y le sale la vena de candidata: “¿Qué vamos a esperar de una ministra que confía los éxitos del mercado laboral a la Virgen del Rocío?

En mitad de la charla atiende varias veces al teléfono. Es su lucha contra el tiempo. “¡Y lo difícil que es conciliar!”. Termina el encuentro con la misma frase con la que lo empezó. Y es que aunque sus hijas sean mayores, le da mucho valor a la familia y al arraigo. Y al día siguiente –ella no lo dice- es el cumpleaños de la pequeña. Y tiene que tener su tiempo como lo tiene el mítin, la campaña y el partido.

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