Las luchas palaciegas de Fuensalida, sede de la Presidencia, se saldan con un mayor peso del vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro, que ha pasado a controlar directamente todo el aparato de comunicación del Gobierno. Aunque en principio, la estructura de los 27 periodistas del Palacio dependía del director general de relaciones informativas, el vicepresidente los ha puesto bajo su mando directo. El director de relaciones informativas, un profesional cualificado, lleva directamente la comunicación del presidente, del que es hombre de entera confianza y de él dependía el equipo de periodistas del Palacio.
Eso explica las variaciones presupuestarias de las nóminas del personal eventual, que el Partido Popular interpretó como un aumento de asesores en Presidencia y que, sin embargo, se traduce en unos cambios de dependencia.
También coge más poder el secretario general de la Presidencia, Rafael Perezagua, un político curtido que acompaña a García-Page desde sus tiempos de alcalde.
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