El desplome de las hipotecas en marzo por el coronavirus choca con la subida de precios que intenta aplicar el sector

El número total de hipotecas constituidas sobre viviendas en España durante el último mes recabado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es de 26.382, un 14,6% menos que en marzo de 2019. De ellas, el 3,8% provienen de operaciones efectuadas en Castilla-La Mancha, donde el número de hipotecas sobre viviendas en este periodo fue de 1.012, un 19,3% menos que hace un año y un descenso del 23% con respecto abril, encadenando así tres meses de caída libre.

El importe medio de estas hipotecas a nivel nacional es de 127.888 euros, con un aumento del 1,6%. Por su parte, en Castilla-La Mancha el capital hipotecario alcanzó una media 88.866 euros, un 4,4% menos que el mes anterior.

Las comunidades con mayor número de hipotecas constituidas sobre viviendas en marzo son Andalucía (5.223), Cataluña (4.917) y Comunidad de Madrid (4.417). Las comunidades en las que se presta más capital para la constitución de hipotecas sobre viviendas son Comunidad de Madrid (774,7 millones de euros), Cataluña (767,3 millones) y Andalucía (554,9 millones).

Además, las regiones con mayores tasas de variación anual en el capital prestado son Aragón (48,2%), Principado de Asturias (24,4%) y Cantabria (8,5%). Por el contrario, los mayores descensos se registran en Illes Balears (-30,2%), Comunidad de Madrid (-29,5%) y Extremadura (-25,6%).

Como ya adelantó clm21.es, el sector de la vivienda comienza a sufrir los efectos del coronavirus sobre la economía. Las operaciones de compraventa de vivienda cayeron un 18,6% en el mes de marzo, alcanzando su nivel más bajo en este mes desde 2016, un comportamiento que queda reflejado también en la firma de créditos hipotecarios, todo ello en un escenario que ya comenzaba a dar síntomas de agotamiento antes de que estallara la crisis sanitaria del Covid-19.

El sector viene vaticinando desde el inicio de la pandemia una caída de las operaciones de entre 25% y el 50%, que provocará un descenso obligado del precio de la vivienda, en especial la de precio medio y bajo, ya que los demandantes de este tipo de viviendas serán los más afectados por la inminente crisis derivada de la pandemia.

De hecho, según los datos de la Estadística Registral Inmobiliaria del Colegio de Registradores, durante la segunda quincena de marzo, que coincide con el inicio del estado de alarma, las operación de compraventa se desplomaron un 31% respecto al mismo periodo del año anterior.

Entidades como Bankinter advierten de un desplome de los precios de la vivienda de hasta el 25%, similar al experimentado tras la crisis económica de 2018. Además, los precios no volverán a los niveles anteriores al Covid-19 hasta dentro de un mínimo de 2 años y un máximo de 7.

No obstante, por el momento los vendedores desafían a las circunstancias y la tendencia natural del sector. A falta de conocer los datos de compraventa de viviendas y de hipotecas registradas durante el mes de abril (el mes más duro de confinamiento), los propietarios y promotores han optado por subir el precio de las viviendas, con un incremento medio del 0,5% en los precios de venta.