Si usted es uno de los 6.149 pacientes que espera someterse a una operación de traumatología en el hospital de Toledo, sepa que tendrá que esperar una media de 265 días para que le llamen del hospital para pasar por el quirófano. Si su hijo es uno de los 611 que están en lista de espera para ser operados en Albacete o de los 618 que lo hacen para ser intervenidos en Toledo, sepa que el tiempo medio que deberán esperar para ser intervenido esta en torno a los 300 días… Así hasta completar la nómina de 11.931 personas con nombre y apellidos que deben aguardar más de seis meses para que su dolencia sea intervenida en uno de los catorce centros hospitalarios del Servicio Público de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
Los casos se acumulan. Los datos oficiales de la lista de espera quirúrgica a 30 de noviembre revelan que el deterioro sanitario se cronifica. Los gestores son incapaces de que el sistema preste una atención ágil, eficaz y eficiente a los ciudadanos. El número de pacientes sometidos a tiempos máximos se han duplicado en el último año y mes a mes no baja de la barrera de los 10.000. Si nos atenemos a los datos de la oposición, esa cifra sería mucho mayor y podría incluso duplicarse.
Así las cosas la ley de garantías sanitarias prometida por el gobierno, la que debería establecer los derechos de los pacientes, los plazos máximos de demora y las alternativas a las que pueden acudir, duerme en un cajón. Ese hecho indica la incapacidad del departamento de Sanidad para resolver la grave situación que afecta a más de 36.500 pacientes que el gobierno tiene recogidos en lista de espera quirúrgica a finales de noviembre, 1.347 más que a finales de octubre.
36.584 Castellano-manchegos esperan una operación, de ellos 11.931 lo harán durante más de seis meses
El ejecutivo ha puesto su foco de atención en tratar de reducir el número de pacientes y los plazos para ser atendidos por un especialista o para ser sometido a pruebas diagnósticas. Dentro de esa línea se enmarcan la anunciada adquisición y renovación de los aparatos tecnológicos para pruebas diagnósticas, pero no ha acometido los problemas estructurales que provocan la acumulación de pacientes para ser intervenidos y el aumento en la demora de los plazos. Al menos no más allá de exigir a los gerentes de los centros comarcales que controlen y aligerando los números de pacientes pendientes de una operación. En los hospitales de referencia provincial o regional, el Gobierno confía en el cierto alivio que supondrá un aumento de plantillas en determinadas especialidades, lo que le permitirá presentar mejores datos, aunque no resolver el problema.
Cirugía general y de digestivo, oftalmológica y de traumatología son las que presentan peor cuadro. Los pacientes de traumatología en lista de espera quirúrgica son 13.692 y representan casi el 40 por ciento de la lista quirúrgica total. De ellos casi la mitad, 6.149, pertenecen al complejo hospitalario de Toledo. En cirugía general y de digestivo hay 7.669 pacientes. De ellos el 31,3 por ciento, 2.402, pertenecen al complejo hospitalario de Toledo. Las personas que aguardan una intervención oftalmológica son 6.887, de ellos 1.346, casi el 20 por ciento, pertenecen al complejo hospitalario de Toledo.
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