La subida del petróleo y la fortaleza del dólar amenazan al crecimiento y al empleo regional

Este nuevo escenario obligaría al gobierno autonómico a incrementar los fondos destinados a las políticas activas de empleo, fundamentalmente a los planes de empleo mediante los convenios con las entidades locales. Ese plan no contempla un mayor deterioro de la economía. Y el gobierno, por boca de su portavoz, ya ha señalado que no se piensan revisar ni las previsiones de crecimiento ni las políticas económicas. Por otro lado, algunos municipios han mostrado ciertas reservas al plan ante la posibilidad de que los parados contratados terminen demandando a los ayuntamientos que los contraten por discriminación salarial, “porque se les paga menos que a otras personas que hacen el mismo trabajo”.

Por lo que respecta al escenario internacional de una economía globalizada, la subida del precio del petróleo por encima de los 75 dólares/barril (hoy cotizaba por encima de los 78 dólares) repercutiría según los economistas en un encarecimiento de la factura energética, que se trasladaría a la producción, lo que incidiría en un aumento de la inflación y en una reducción del consumo al reducirse la capacidad adquisitiva de las familias. Además hay que tener en cuenta que la factura del petróleo se paga en dólares, moneda que en el último trimestre se ha fortalecido casi un 4% frente al euro.

El encarecimiento de la producción y la pérdida de valor del euro afectarán a la competitividad de nuestras empresas. Y aunque un euro más barato pueda beneficiar a las ventas en el exterior, la medida se neutraliza por el aumento del precio de los productos a exportar por el incremento de los costes de producción y transporte. Y las exportaciones son, junto a la demanda interna otro de los factores en los que se apuntala el crecimiento de la economía regional.

El gobierno nacional prevé que la subida de la factura del petróleo reste 7 décimas al crecimiento económico, que se situaría en el 2% en el conjunto de España y que el empleo crecería casi un punto menos de lo previsto inicialmente. Eso es en el caso de la economía nacional, que muestra mayor fortaleza que la regional (cinco décimas más en 2017 y 2 décimas más en el primer trimestre de 2018). Con la debilidad del crecimiento en el primer trimestre y el deterioro del escenario internacional y nacional, la economía regional puede llegar a bajar del 2% de crecimiento económico, lo que se traduciría en un aumento del paro, lo que obligaría al ejecutivo regional a intensificar en cantidad y cuantías las acciones de empleo.

Y si el repunte de la inflación se dejará sentir sobre el mercado laboral, también lo hará sobre la capacidad de compra de las familias con unos salarios que todavía no se han visto beneficiados del proceso de recuperación económica registrado en los dos últimos años.