Claves, Economía | Financiación, deuda, paro, inflación, y mala gestión presupuestaria, causas de la mayor desaceleración
La economía regional ya crece por debajo del 2% y se sitúa entre las más débiles de España
domingo 04 de noviembre de 2018, 18:00h
La economía regional se desacelera a mayor ritmo que las previsiones más pesimistas y su crecimiento ya está por debajo del 2%. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) la economía castellano-manchega habría cerrado el tercer trimestre del año, con un incremento interanual del 1,9%. El ciclo de desaceleración de la economía regional se inició a mediados de 2016, coincidiendo con las políticas económicas del actual gobierno y se ha ido agudizando tocando el punto más bajo a finales de septiembre de 2018.
Para el gobierno regional del presidente García-Page las causas principales hay que buscarlas no de puertas adentro, sino en la economía internacional y nacional: “el encarecimiento del petróleo, la guerra del proteccionismo comercial, el Brexit y el debilitamiento de las economías emergentes, un crecimiento moderado del sector turístico nacional y una ralentización del consumo”. Factores, todos ellos, que afectan a todas las Comunidades Autónomas sin excepción y, en algunos casos, como la moderación del crecimiento turístico, especialmente a las regiones de costa, al turismo de sol y playa. Lo que en realidad supone que la economía castellano-manchega crece menos por un componente netamente regional.
Castilla-La Mancha, junto a Asturia, con crecimientos del 1,9%, y La Rioja con una tasa del 1,8%, son las regiones españolas cuyas economías menos crecen. El conjunto de España crece en tasas del 2,5%.
Cuatro Comunidades Autónomas (Madrid, Aragón, Comunitat Valenciana y Navarra) lideran el crecimiento del PIB intertrimestral, por encima del 0,6% medio del PIB nacional, según la estimación del PIB de las CCAA para el tercer trimestre de 2018 publicada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. En el caso de Castilla-La Mancha el crecimiento intertrimestral se queda en el 0,4%.
Además, siete Comunidades (Aragón, Galicia, Madrid, Canarias, País Vasco, Comunitat Valenciana y Navarra) superan el crecimiento medio español del 2,5% interanual.
El año pasado la economía castellano-manchega creció, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística el 2,5%, seis décimas menos que la economía nacional, que lo hizo el 3,1%.
El elevado coste de la deuda regional, la elevada tasa de paro y el lento aumento de la productividad estarían entre esas causas internas de la economía regional que explicarían ese menor avance en el crecimiento y el mayor ritmo de la desaceleración. A ello habría que añadir un mal modelo de financiación autonómica y una baja gestión por parte del gobierno regional de los fondos de inversión productiva.
Castilla-La Mancha es la segunda Comunidad con mayor tasa de endeudamiento en relación a su riqueza, tiene un sistema deficitario de financiación de sus servicios públicos, que como ya reveló este medio, se sitúan entre los 1.100 y 1.300 millones de euros, tiene un índice porcentual de gestión de la recaudación de ingresos por debajo de la media autonómica y de la gestión de gastos por encima. La tasa de paro está en el 16,7% y en su reducción juega un papel importante la contratación temporal pública a través de los planes de empleo, mucho más que algunos sectores de la economía productiva regional. La elevada tasa de inflación, la mayor de España, y una baja renta disponible se dejan sentir negativamente en el consumo interno.
La economía regional se hundió en un pozo profundo con el estallido de la crisis. La mala gestión por parte del equipo económico del gobierno en los años 2009 y 2010, sentenció a esta Comunidad a un rescate vía endeudamiento por más de 5.000 millones de euros y esa mala gestión fue la causa de los principales males que sigue padeciendo la economía regional casi diez años después. Con un mal modelo de financiación aprobado en 2009 con el beneplácito del gobierno regional, esta Comunidad vio que a la falta de recursos necesarios para el adecuado mantenimiento de los servicios públicos, se unió una caída de ingresos y la necesidad de detraer fondos del presupuesto corriente para poder pagar los intereses del rescate vía deuda, lo que se dejó sentir con fuerza en los servicios públicos.
Desde entonces, cualquier debilidad en los escenarios nacional e internacional se deja sentir con mayor fuerza en la economía regional. Cualquier error del gobierno en el establecimiento de las prioridades o en la gestión presupuestaria también actúan como freno del crecimiento. Entre los economistas se ve con preocupación el escenario a futuro: No existen condiciones objetivas de mejora de los elementos externos. Al contrario, en el horizonte cercano aparecen otros, como la retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo, la subida de los tipos de interés (que van a afectar a la deuda existente tanto pública como privada y a las condiciones de la nueva deuda), la materialización del Brexit, que hace perder un mercado importante de nuestras exportaciones, además del turismo inglés.
A esas amenazas externas se añade un nuevo retraso del modelo de financiación, la continuidad de las políticas regionales de gasto y el anuncio de unas políticas fiscales nacionales que afectan de lleno al tejido productivo regional, a los autónomos y pequeñas empresas (subidas de las cotizaciones, del impuesto al gasoil. El gobierno regional se mantiene en la política expansiva del gasto con cargo a un mayor endeudamiento y con una batería de anuncios de cara a las elecciones que tienen un profundo impacto en los presupuestos, que en la actualidad ya se caracterizan por ser insuficientes para atender las necesidades actuales, según reconoce el propio Ejecutivo.
El gobierno echa las responsabilidades fuera y persiste en no valorar las actuaciones propias, marcadas cada vez más con un claro componente electoral, a falta de seis meses de que los castellano-manchegos sean nuevamente convocados a las urnas. El consejero de Hacienda del gobierno regional, Juan Alfonso Ruiz Molina, destaca –y así lo hizo recientemente en un debate sobre la caída del crecimiento- “que, en cualquier caso, estamos hablando de tasas positivas”. Para el responsable de la política presupuestaria del gobierno del presidente García-Page, la desaceleración tiene su origen en unas causas genéricas de la economía internacional y nacional. Y así señala al encarecimiento del petróleo como uno de los factores claves: “El BBVA, en este sentido, nos dice que la repercusión que pudiera tener el incremento del precio del petróleo en relación a las tasas de crecimiento de la economía regional, la cifra en medio punto”.
Al encarecimiento del petróleo, el responsable de Hacienda añade como causas internacionales, la reducción de las exportaciones en las que además del encarecimiento de los productos por la repercusión de la subida de las materias primas, se une la guerra comercial de proteccionismo de Estados Unidos, la incertidumbre del Brexit –cuyos efectos todavía no se deja sentir en todo su alcance en la economía- y el debilitamiento económico de las economías emergentes-. Como causas nacionales, para el gobierno regional destaca un “crecimiento moderado del turismo” y la “ralentización del consumo”.
Tras haber encontrado una economía en aceleración y con crecimientos por encima de la media nacional, el incremento de la presión fiscal, un cambio en las políticas del gasto y una débil ejecución presupuestarias en las partidas de inversión y de estímulo a la inversión han vuelto las tornas.
Clm21.es fue el primer medio en apuntar la desaceleración que venía y el hecho que en el caso de Castilla-La Mancha sería mayor. Los indicadores tanto de gestión de las finanzas públicas, del endeudamiento y de los datos de coyuntura de los diferentes sectores avisaban de esta situación. Mes a mes, clm21.es da cuenta de la evolución de los sectores industriales, de servicios, del turismo, de la ejecución de las finanzas públicas, del endeudamiento financiero y no financiero de la Junta, de los problemas de tesorería, del déficit público…