Efectivamente, la riqueza regional creció dos décimas menos de lo previsto por el gobierno del presidente García-Page, según las previsiones hechas públicas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). En concreto, el crecimiento habría sido del 2,8% y no del 3% como había contemplado el ejecutivo regional en su marco económico y en el presupuesto para el pasado año. Esas desviaciones vuelven a incrementar la brecha económica de nuestra región en relación al conjunto del país.
El gobierno del presidente García-Page trasladó a la opinión pública que sus políticas generarían un escenario económico en 2017 que podría llegar al crecimiento del PIB del 3,4% y que sería más dinámico que el nacional. Para ello se basó en los informes de algunos centros de estudios, como el del BBVA y CEPREDE, que suelen tener sesgos al alza. En lo que denominó un ejercicio de prudencia, el ejecutivo regional rebajó el crecimiento real al 3 % para 2017; del 2,6% para 2018; 2,5% para 2019 y 2,4% para 2020, en lo que suponía un claro reconocimiento de desaceleración de la economía regional.
Y esa desaceleración se ha iniciado un año antes de lo previsto, en contra del comportamiento de la economía nacional que mantiene el crecimiento.
La AIReF es el primer organismo en anticipar los avances de las economías regionales españolas una vez el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha hecho público el primer cálculo del crecimiento del Producto Interior Bruto Nacional.
El INE ha valorado en el 3,1% el crecimiento de la economía española durante el año pasado, una décima más de las previsiones del gobierno central, que en principio había calculado que el crecimiento estaría en el 3%.
Ese mismo porcentaje era el previsto por las autoridades regionales castellano-manchegas para el crecimiento de nuestra Comunidad. Sin embargo mientras España crece una décima por encima de las previsiones nuestra región se ha quedado dos décimas por debajo. Las cifras vienen a confirmar la tendencia de desaceleración que viene anticipando clm21.es a lo largo de los últimos meses, a partir del comportamiento de los principales sectores de la economía castellano-manchega y de los indicadores que conforman el PIB.
Sólo tres regiones españoles han experimentado un crecimiento por debajo del de Castilla-La Mancha. Once Comunidades Autónomas han crecido por encima de la media de Castilla-La Mancha y otras dos los han hecho en la misma tasa que nuestra región.
Según los cálculos hechos públicos por la AIReF, la economía regional creció durante el último trimestre del año un 0,6% en tasa intertrimestral, una décima por debajo de la media nacional.
Un dato a tener en cuenta es que el gobierno del presidente García-Page elaboró el escenario económico para 2017 bien avanzado el año, para los presupuestos que se aprobaron el 1 de septiembre y así consta en el informe económico que acompañaba a esa ley. Sin embargo los datos del comportamiento en los trimestres anteriores, ya anticipaban que se movían por los deseos que por los hechos.
Ya en el primer trimestre la economía regional creció por debajo de la media nacional. El PIB de Castilla-La Mancha aumentó un 0,6% mientras que el español lo hizo en el 0,8%. La situación se repitió en el segundo trimestre con un avance regional del 0,8% frente al 0,9% nacional.
En el tercer trimestre ambas economías, regional y nacional, crecieron al mismo ritmo, el 0,8%.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) emplea para sus cálculos una metodología cuantitativa en la que combina tres tipos de información estadística disponible para el análisis regional: los datos mensuales de indicadores de coyuntura desagregados a nivel territorial, los datos anuales compilados en términos de contabilidad nacional por la Contabilidad Regional de España (CRE) y, finalmente, las estimaciones para el conjunto nacional publicadas por la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR).