El mensaje de Sánchez es de reconciliación, pero de firmeza. Si bien Isabel Rodríguez se desmarcó de Sánchez tras el golpe de los barones el pasado 1 de octubre, no se mostró beligerante contra él, ni estuvo en las primeras líneas de la a sonada de los notables ni de las algaradas posteriores. Hizo un repliegue discreto y apoyó a Susana Díaz, que perdió en el territorio de Isabel Rodríguez.
Sánchez está dando más oportunidades de promoción a esta castellano-manchega, a dos meses escasos de que el PSOE-PSCM convoque su congreso y las primarias. Eso siempre que el secretario regional actual, Emiliano García-Page, no decida disolver las Cortes y convocar unas elecciones anticipadas, lo que frenará cualquier proceso interno en el socialismo castellano-manchego.
En el aparato regional actual se da por sentado que Pedro Sánchez no desestabilizará a Emiliano García-Page, porque “sería tanto como tirar piedras contra su propio tejado”. No creen que se arriesgue a que la desestabilización interna pueda provocar una pérdida del poder territorial que ahora tiene el socialismo. “No se puede arriesgar a que, ni en Castilla-La Manch ni en cualquier otro territorio, el presidente abandone y le dé los trastos de matar, porque se iniciaría una nueva crisis interna”. De hecho, y por si acaso, ya se han iniciado declaraciones de dirigentes provinciales alineándose con su secretario regional, García-Page.