La ampliación de capital en 500 millones equivale a más del cincuenta por ciento del capital actual del banco. El dinero se quiere destinar a provisionar los activos improductivos, en su mayoría provenientes de CCM que la entidad no ha podido absorber en más de seis años. Tras esta operación los analistas prevén una venta de los activos inmobiliarios para captar capital y reforzar su colchón anticrisis y la posibilidad de una nueva emisión de bonos convertibles y/o (la anterior la amortizó anticipadamente) y de deuda subordinada para fortalecer su colchón anticrisis y traspasar el riesgo a inversores privados, siguiendo el mecanismo establecido por la autoridades monetarias (requerimiento MREL).
Liberbank se aleja de otras operaciones como las cédulas hipotecarias, en las que sí ha confiado una de sus rivales en nuestra región, Caja Rural Castilla-La Mancha. Y es que este tipo de operaciones no están dentro de las reconocidas por el requerimiento MERL, lo que está haciendo que muchos bancos españoles que acudieron a las cédulas cuando necesitaban captar fondos, viren ahora hacia bonos convertibles o seniors y deuda subordinada.
Dentro del escenario que vive Liberbank, se valora en positivo el aumento del valor de la deuda subordinada, máxime cuando la entidad se deshizo de sus bonos convertibles (CoCos) que son los primeros en sufrir en una situación de crisis, y el riesgo lo tiene directamente a la deuda subordinada.