El petróleo alcanzó ayer el máximo anual al operar a 58 dólares el barril. Desde junio ha subido un 31% (28% en tasa interanual). El impacto de esa subida en la economía supondría una caída de 2 décimas en las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto con una repercusión en el encarecimiento de los costes de producción, subida de precios y caída del consumo y de la recaudación fiscal de los impuestos asociados al consumo.
Ese escenario supondría una ligera corrección de la financiación por IVA, que llevaría aparejado el correspondiente recorte en proyectos de gasto y apenas si influiría en las necesidades de financiación, ya que una subida del PIB de dos décimas menor de lo previsto apenas tendría un impacto de medio millón de euros en el déficit para 2018.
Sin embargo, el mayor impacto puede venir en el aumento de los intereses que nuestra Comunidad paga por los mecanismos extraordinarios de financiación (por los créditos). En una semana la prima de riesgo española ha subido casi un 10 por ciento y se ha situado en los 123 puntos básicos, al cotizar el bono español a diez años al 1,64% y el alemán al 0,41%. Hace un mes, el bono español ofrecía un rendimiento del 1,44. Ahora se ha encarecido en dos décimas y se mueve en máximos.
La situación puede empeorar si el mercado secunda las recomendaciones de algunos bancos de inversión, como JP Morgan, que aconseja cambiar en las carteras bonos españoles por portugueses o alemanes, lo que encarecería aún más la financiación estatal y autonómica.
En el horizonte otra amenaza, las presiones sobre el Banco Central Europeo, especialmente de, Alemania para que en octubre endurezca la política monetaria y lleve a cabo la retirada de estímulos, lo que haría subir el precio del dinero y encarecería la financiación pública y de los hogares.
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